sábado, 31 de mayo de 2008

REVISTA HUMOR


HUMOR: A 30 AÑOS DE LA RESISTENCIA REGISTRADA
Hace treinta años la argentina vivía una de sus mayores tragedias, envuelta en aquellos días de junio del 78 en la nebulosa mágica de un mundial de fútbol, que quería demostrar que los argentinos eramos:"derechos y humanos"; mientras tanto la represión estaba en su momento de mayor crueldad, en los centros clandestinos de detención se decidía sobre la muerte y la vida de miles de argentinos. Los medios eran por aquellos años fieles cómplices de la dictadura, en algunos casos de compromiso directo en defensa del régimen(Para ti,Gente, EL GRÁFICO, Convicción, etc), en otros la cobardía.
Fue entonces en un junio del 78 cuando salió el primer número de Humor Registrado, con la cara del técnico de la selección Cesar Luis Menotti, con un detalle que pasó desapercibido para la dictadura, el "intelectual" técnico, otrora militante comunista; lucia las orejas del ministro Martinez de Hoz. Así en forma mensual empezó aparecer la revista humor, canuflada con la temática humorista, y vendida en los kioscos con funda debido a algunas imagenes consideradas indecentes por el régimen; que tanto cuidaba nuestra moral y las buenas costumbres occidentales y cristianas, de apoco empezó a ser una autentica tribuna contra la dictadura, en sus páginas empezaron a escribir, periodistas, humoristas, escritores, pensadores, políticos que no tenian cabida en la prensa canalla del proceso.
Así se transformó en un bastión de lucha contra la dictadura, de un mes pasó a salir quincenalmente, su aparición era esperado por los lectores porque era humor, una revista de humor la que informaba de verdad.
Subsistió durante la democracia, y la editorial "LA URRACA", así se llamaba la misma publico otras revistas que fueron un ejemplo de compromiso con el lector y la democracia, no una democracia boba sino una democracia real; así durante los ochenta surgieron, Fierro, Sexhumor, Humi;dedicada a los chicos y El Periodista, revista fundamentalmente de anális político, de la cual salieron muchos de los que luego conformaron el staff de Página 12.
Los 90, la década infame menemista, significó el fin de la revista Humor y la editorial, por un lado los avatares de las crisis económicas y los innumerables juicios que tuvo que soportar durante el menemato, ni la dictadura le hizo tanto juicio; y claro ese gobierno peronista no era nacional y popular como este gobierno peronista; pero ese es otro tema.
Finalmente la revista dejó de salir en el 98, veinte años después de su aparición, su director Andres Cascioli intentó retornar luego del 2001 con otro emprendimiento llamado "El Cacerolazo", pero no tuvo el éxito debido.
Humor ya no sale más, pero ha quedado grabada a fuego por quienes la leímos, nos reímos, nos emocionamos, puteamos y conocimos que estaba pasando en un país silenciado. Gracias Humor por habernos ayudado a crecer en aquellos años.
QUIENES ESTUVIERON
Andres Cascioli(director); Tomás Sanz; Enrique Vazquez; Nempo Giardinelli; José Pablo Feimann; Mona Moncalvillo(Y sus recordados reportajes donde conocimos a tanta gente censurada y prohibida); Alejandro Dolina; Héctor Ruiz Nuñez; Aquiles Fravegat; Hugo Paredero(Que nos hablaba del espectáculo y la cultura que no se podía ver); Osvaldo Soriano; Gloria Guerrero(Gracias por el rock), y todos los humoristas y dibujantes que la hicieron posible; a todos ellos gracias.
LUIS SELLÁN

PROCESAN A DIRIGENTES RURALISTAS Y POLÍTICOS

fotos: Margarita Stolbizer y Elisa Carrió


LA VENGANZA SERÁ TERRIBLE




Mientras en declaraciones televisivas Elisa Carrió dijo que "se inicia el plan de venganza de Néstor Kirchner", su fuerza política, la Coalición Cívica, emitió hoy un comunicado en el que asegura que "comenzó la fase represiva" del ex presidente con las distintas órdenes libradas hoy por la Justicia para lograr las detenciones de líderes ruralistas y políticos afines.
El partido de Carrió se expidió al respecto poco después de producirse la citación de ocho productores agropecuarios y de la líder bonaerense de la agrupación Margarita Stolbizer, a quien el fiscal de San Nicolás Juan Murray acusa de violar el artículo 194 del Código Penal por haber participado en una protesta rural en la Ruta 9.
"Hoy comenzó la fase represiva de Nestor Kirchner, que sólo tiene como objetivo aumentar la violencia e impedir la reconciliación y la necesaria paz de los argentinos", señaló la Mesa Nacional de la CC al tiempo que manifestó su "repudio al uso de la Justicia al servicio de la violencia". La Coalición Cívica señaló además que "repudia en forma enérgica" la "vocación de Néstor Kirchner que, usando todos los resortes de los que dispone, quiere lograr que la sociedad se enfrente". Finalmente, la agrupación política llamó a "continuar las protestas con tranquilidad y no violencia, sin caer en la provocación".

martes, 27 de mayo de 2008

OTRA MIRADA



En esta entrevista James Petras, dice:"pensar que Latinoamérica está encaminándose hacia la izquierda es una exageración triunfalista poco seria"



Por: Marcelo Colussi (especial para ARGENPRESS.info)- Foto:James Petras-
James Petras es hoy uno de los más lúcidos analistas de la realidad política mundial. Estadounidense, 71 años, docente e investigador, toda su vida estuvo ligada a la causa de la izquierda. Siempre vinculado a las luchas latinoamericanas, participó en el gobierno de Salvador Allende en Chile, trabajó con el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil y con el movimiento de desocupados de Argentina. Igualmente formó parte del Tribunal Bertrand Russell contra la represión en América Latina. Sus aportes académicos se cuentan entre los más profundos de las últimas décadas del siglo XX. Su obra es una obligada referencia para entender la sociedad contemporánea; entre algunos de sus numerosas publicaciones (más de 60 libros y varios miles de artículos traducidos a 30 idiomas) pueden citarse 'Gobernantes y gobernados en los Estados Unidos. Imperio: los banqueros, los sionistas y los militantes', 'El poder de Israel en los Estados Unidos', 'Imperio con imperialismo: la globalización de la dinámica del capitalismo neoliberal', 'Movimientos Sociales y Poder estatal: Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador', 'La globalización desenmascarada: el imperialismo en el siglo XXI', 'La Dinámica de Cambio Social en América Latina', 'Imperio o República: Poder Global doméstico o de extinción en los Estados Unidos', 'América Latina en los tiempos del cólera: la política electoral, la economía de mercado, y crisis permanente'.Desde Nueva York, Estados Unidos, dialogó con Argenpress por medio de su corresponsal Marcelo Colussi.
Argenpress: Ante las futuras elecciones presidenciales en Estados Unidos, ¿cuáles son los escenarios que se abrirían para Latinoamérica si gana un candidato demócrata, y cuáles otros podríamos tener de ganar el ya nominado candidato republicano?James Petras: En términos generales es más probable que gane un demócrata, particularmente Obama. Hillary Clinton ha ido creando muchos divisionismos en lo interno de su partido, lo cual le ha valido mucho rechazo. Todo indicaría que en las primarias demócratas gane él entonces, y en las elecciones presidenciales seguramente también. La población estadounidense está muy harta de las políticas republicanas de los últimos años. Las guerras, la crisis económica, la recesión, la pérdida de las hipotecas inmobiliarias, etc., etc., todo eso puede hacer que la gente vote más como castigo a los gobernantes actuales que como una gran esperanza por los nuevos que pudieran venir. En cuanto a la política para América Latina es difícil hacer algo peor de lo que existe hoy día. Es decir: el gobierno Bush es tan de derecha, con tantos enemigos y tan pocas palancas que mover en estos momentos que forzosamente, quien lo suceda, tendrá que entrar en negociaciones más racionales para el hemisferio. Por ejemplo con Cuba, o con el presidente Chávez. Washington no puede seguir encerrado con su política de fomentar los separatismos, tanto en Santa Cruz, en Bolivia, como con el Zulia, en Venezuela. Ni tampoco se puede seguir fomentando esa falsa separación en Argentina con el conflicto campo / ciudad, ni seguir agitando a Guayaquil en Ecuador buscando salidas regionalistas. Un nuevo gobierno demócrata debería replantearse todas estas políticas; seguramente, de triunfar en las elecciones, no se verían grandes cambios. Habría, tal vez, cambios en las políticas militaristas buscando una postura más negociadora.
Argenpress: Pero los sectores de la industria militar de la sociedad estadounidense, que se benefician con los grandes negocios que le significan políticas belicistas, ¿no seguirán intentando delinear la política exterior de Washington? ¿Qué perspectivas le ves a iniciativas como el Plan Colombia, o el Plan México?James Petras: Sin dudas hay una estrategia de apoyar a Colombia como punta de lanza para las políticas militaristas en la región. Eso va a seguir. Cualquier presidente que gane en Estados Unidos no va a descartar a Uribe ni al Plan Colombia con todo lo que eso significa como política agresiva ya trazada, y que se mantendrá. Pero al mismo tiempo hay que ver que la política de Washington ha perdido muchos mercados en la región por la diversificación comercial que se vive en la actualidad; hay una sensible pérdida de influencia del Fondo Monetario Internacional en toda el área. Si la nueva administración va a continuar con la política de confrontación mantenida hasta ahora, debe partir por reconocer, al mismo tiempo, que no ha logrado grandes avances con la construcción de áreas de libre comercio con América Latina. La clase dirigente de Estados Unidos nunca pudo implementar el proyecto continental del ALCA; sólo consiguió acuerdos bilaterales con algunos pocos países, como Colombia, Perú y Chile. Seguramente Washington va a seguir jugando sus cartas agresivas, pero dentro de un marco de fracasos. El único éxito conseguido por la administración Bush en los últimos tres años es el proceso de Bolivia gracias a la impotencia del gobierno de Evo Morales, y la oportunidad que se ha abierto para las fuerzas separatistas en Santa Cruz. Ese se podría decir que es el único lugar donde las políticas del gobierno norteamericano se han impuesto abiertamente en estos últimos tiempos.
Argenpress: El proyecto del ALBA –la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe– que se viene gestando en estos momentos, si bien bastante débil todavía, pequeña, ¿consideras que puede ser una perspectiva real de alternativa contra los tratados de libre comercio?James Petras: El libre comercio de hecho ya se está practicando en toda América Latina, en el sentido de que hay pocas barreras para la entrada y salida de productos. Nicaragua no es más que un gobierno liberal en todo sentido; la actual administración sandinista no ha cambiado ninguna de las políticas económicas de los gobiernos anteriores. Creo que la diferencia actual en América Latina no es entre una política liberal y una no liberal. Brasil, por ejemplo, es tan liberal ahora con Lula como anteriormente con Cardoso, o en Argentina cualquiera de los Kirchner practica una política de total apertura liberal. Lo que hay que decir es que hoy, un porcentaje mayor de los ingresos se está acumulando dentro de estos países, por eso tienen excedentes en sus presupuestos. Todo lo cual significa que Latinoamérica también ha diversificado sus mercados, porque sus clases dominantes pueden conseguir mayores ganancias comerciando no sólo con Estados Unidos sino con Asia, o Medio Oriente, u otros países en otras regiones del mundo. Pero creo que no hay una ruptura en lo sustancial con el neoliberalismo en los países latinoamericanos; más bien diría que ese neoliberalismo ha permitido una cierta base de acumulación. Es más: se podría decir que hay una nacionalización del neoliberalismo. Por ejemplo, en Argentina el liberalismo, esa marcada economía abierta que se viene aplicando ahí desde hace un tiempo, sigue siendo igual ahora a como fue años atrás, pero con la diferencia que una importante porción de los ingresos está reciclada dentro del país. Pero igual que en años anteriores, siguen las profundas desigualdades sociales. De todos modos está claro que el eje de la política argentina para nada es anti-neoliberal; es, en todo caso, un neoliberalismo que ayuda a fortalecer a las clases dominantes en su interior. En este sentido la lucha entre la presidenta Kirchner y los agroexportadores no es sino la expresión de cómo repartir las enormes ganancias que se están acumulando en el país.
Argenpress: ¿Cómo piensas que va a repercutir, económica y políticamente, en los distintos países latinoamericanos la recesión económica que comienza a manifestarse ahora en Estados Unidos?James Petras: Por supuesto los países más afectados por esta situación de recesión serán aquellos más directamente relacionados con la economía estadounidense. Es decir, al menos en primera instancia: México, Centroamérica y el Caribe. En segundo término, los perjudicados serán los sectores de Estados Unidos más vinculados al ámbito financiero, negocios inmobiliarios, seguros y todo lo que se conoce como servicios, incluida la informática. Por otro lado, quien se va a perjudicar más en esta dinámica, será la industria de la construcción, directamente ligada al negocio de la especulación inmobiliaria. Y con la caída de estos dos sectores: finanzas y construcción, indirectamente será golpeado también el comercio. En otros términos: es una cadena de sectores que se irán perjudicando, todos muy relacionados unos con otros. Creo que es muy prematuro decir que ya hemos tocado fondo. Me parece que no, porque los efectos están extendiéndose ahora mismo desde las finanzas hacia todos los demás sectores de la economía.Argenpress: En estos momentos hay en Latinoamérica unos cuantos procesos que podríamos decir que tienen 'carácter popular'. Son distintos, muy diversos en algunos casos (además de la Cuba histórica, ahí están Venezuela, Bolivia, Ecuador, quién sabe qué comenzará a suceder en Paraguay, etc.), en todos los casos abriendo la esperanza de caminos alternativos.
Argenpress- ¿Se podría pensar que está dándose un viraje hacia la centro-izquierda en términos políticos? ¿Cómo ves estos procesos?James Petras: Pensar que Latinoamérica está encaminándose hacia la izquierda es una exageración triunfalista poco seria. Podríamos decir que el matrimonio Kirchner ha tomado medidas consistentes en restricciones sobre las tarifas, que ha habido un tibio mejoramiento de los términos macroeconómicos; pero las desigualdades sociales en Argentina se mantienen igual o peor que hace años atrás. Creció el producto bruto, en todo caso, pero las desigualdades se mantienen con la misma injusticia de siempre. En Uruguay hay un gobierno ultra liberal, eso es innegable. En Brasil, en concreto el gobierno de Lula no ha hecho nada a favor de los 'sin tierra' y, por el contrario, ha favorecido especialmente a los grandes terratenientes agroexportadores. Con todos estos procesos no podemos hablar, para nada, de un viraje hacia la izquierda. Si vemos algunos movimientos hacia la izquierda podríamos decir que están con Chávez en Venezuela, en primer término. O, en segundo lugar, con algunas medidas reformistas que ha tomado el presidente de Ecuador Rafael Correa. Pero más allá de esas medidas tibias no podemos decir que estamos ante una ola de izquierda. El presidente Evo Morales, en Bolivia, ha pactado buenos negocios para un gran número de multinacionales del petróleo y del gas. No se ha hecho ninguna reforma agraria. Veamos que 65 % de los bolivianos continúa viviendo en situación de miseria. Se habla del presidente indio, pero los indios en Bolivia siguen postergados como siempre, salvo algunos cuantos que ocupan puestos en el gobierno de Morales y que son los que han permitido el avance de la derecha, de la oligarquía racista y separatista. Por todo ello hay que ser realista con lo que está sucediendo en términos políticos: es difícil decir que todos estos mandatarios son realmente de izquierda. Si bien es cierto que hay un rechazo a la super dominación de Estados Unidos en el área, también hay que decir que no se está creando una verdadera alternativa popular. La mayor autonomía que buscan todos estos gobiernos no significa forzosamente que a lo interno sean más progresistas. Ser más independiente del Fondo Monetario Internacional no significa que se ha dejado de priorizar la banca privada. Por todo eso no creo que podamos decir que se va hacia un real planteo de izquierda con todos estos procesos.
Argenpress: Para justificar sus intervenciones, el gobierno de Estados Unidos fabrica mediáticamente sus acciones inventando los demonios del caso; para ello existe, por ejemplo, el fantasma del 'terrorismo islámico'. ¿En Latinoamérica podría ser 'el narcotráfico' ese nuevo demonio que le permite actuar? ¿Qué opinas de la relación de Washington con el negocio del narco?James Petras: Hace muchos años que el gobierno de Estados Unidos está totalmente metido con los narcotraficantes, y más que nada, en Colombia. Los principales militares de ese país, entrenados en territorio norteamericano, están implicados en el negocio del narcotráfico. Hay pruebas contundentes que muestran que Washington colaboró con diferentes carteles colombianos, por ejemplo: el cartel de Medellín. Tanto la embajada como la CIA y la DEA colaboraron con Pablo Escobar y siguen haciéndolo hoy con el cartel. Aquí, en Estados Unidos, sabemos que los principales beneficiados por el negocio del narcotráfico en Latinoamérica son los bancos de Nueva York y Miami. Eso es un negocio fabuloso que mueve miles de millones de dólares. Casi todos los presidentes colombianos reciben dinero tanto del gobierno estadounidense como de los narcotraficantes. Eso no es ninguna novedad. El dinero del narco va a parar a las campañas presidenciales, y el que llega de la embajada y de otras agencias norteamericanas es para fortalecer los escuadrones de la muerte y el Ejército.

lunes, 26 de mayo de 2008

MURIÓ ITALO ARGENTINO LUDER

"tiempos felices": Italo Luder con la ex presidenta Isabel Peron


ADIÓS AL CANDIDATO QUE PERDIÓ EN EL 83
A los 91 años falleció el abogado y político que en 1975 ocupó interinamente la presidencia de la Nación, durante un pedido de licencia de María Estela Martínez de Perón
Nacido el 31 de diciembre de 1916 en Rafaela, provincia de Santa Fe, Ítalo Argentino Luder murió a los 91 años, hace pocas horas, luego de padecer durante largo tiempo de mal de Alzheimer. Abogado constitucionalista y presidente interino desde el 13 de septiembre de 1975 hasta el 17 de octubre del mismo año, luego de un pedido de licencia de la entonces mandataria María Estela Martínez de Perón, fue candidato a presidente por el justicialismo en las elecciones de 1983, cuando perdió frente a la fórmula radical Raúl Alfonsín - Víctor Hipólito Martínez. Tiempo antes, fue el defensor del líder del justicialismo, Juan Perón, cuando, tras su derrocamiento en 1955, fue juzgado por "traición a la patria" por el gobierno de facto. Una vez que los militares llegaron al poder, Luder participó de la junta multisectorial, la cual estaba organizada por Ricardo Balbín y buscaba que retornara el Gobierno democrático. Finalmente, cuando Bignone convocó a elecciones presidenciales, Luder formó dupla justicialista con Deolindo Felipe Bittel, y, tras la derrota, rechazó ser parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con la intención de reorganizar el peronismo. Luder fue ministro de Defensa durante la presidencia de Carlos Saúl Menem y embajador en Francia.

domingo, 25 de mayo de 2008

REVOLUCIÓN DE MAYO(1810-2008)



"PREFIERO UNA LIBERTAD PELIGROSA ANTES QUE UNA SERVIDUMBRE TRANQUILA. SI LOS PUEBLOS NO SE ILUSTRAN, SI CADA HOMBRE NO CONOCE SUS DERECHOS, SERÁ EL DESTINO MUDAR DE TIRANOS SIN DEJAR LA TIRANÍA"


MARIANO MORENO
El pueblo; todavía; quiere saber de que se trata. Felíz 25 de mayo y entre todos construyamos una repúbica para todos y con igualdad de oportunidades. EL CIUDADANO

viernes, 23 de mayo de 2008

OTRA MIRADA


¿La autodisolución del kirchnerismo?

por:Alejandro Bonvecchi*
El autor de este artículo, sociólogo y cientista político, preanuncia el agotamiento del modelo de gestión adoptado por los Kirchner desde 2003, que combina la maximización del crecimiento económico con la centralización del federalismo. El conflicto con el campo desnudó esta crisis, que sólo podría revertirse si el Gobierno abandonara posturas a las que se sigue aferrando.
La historia está plagada de ejemplos de coaliciones que se autodisolvieron por insistir en sus estrategias iniciales cuando las condiciones de su eficacia ya habían perimido. En ese cementerio yacen, por ejemplo, el Partido Laborista británico de los años 70 y 80, la socialdemocracia alemana de la misma época, los partidos socialista y democristiano italianos y, más cercanamente, el peronismo setentista en todas sus vertientes, que fuera liquidado por la derrota electoral de 1983, y la UCR desde 1987. A ese destino parece encaminarse, sin pausa y quizás con prisa, el kirchnerismo tal como se lo conoció desde 2003.
Como aquellos ilustres predecesores, el kirchnerismo supo articular, inicialmente, una estrategia exitosa para gobernar. La estrategia consistía en combinar la maximización del crecimiento económico con la centralización del federalismo. Maximizar el crecimiento económico permitía, simultáneamente, reducir la pobreza y la desocupación, recuperar el consumo y el nivel de vida de las clases medias, reactivar las economías regionales y, decisivamente, rellenar las arcas fiscales depredadas por el colapso de la convertibilidad.
Pero la maximización del crecimiento no producía por sí misma algo que el kirchnerismo necesitaba con urgencia: una coalición política que reconociera su liderazgo. Ello al menos por dos razones. Una, que estaba claro desde el principio para los actores económicos más influyentes que el esquema macroeconómico de tipo de cambio real competitivo no podría sostenerse sin intervención estatal que contuviera, moderara o encauzara algunas de sus consecuencias, y esa intervención requería asignar costos y beneficios de maneras no necesariamente consistentes con su distribución inicial. La otra, que una vez satisfechas las demandas iniciales de reactivación económica y mejora del nivel de vida que la maximización del crecimiento podría proveer, algunos de los sectores beneficiados podrían generar demandas cuya satisfacción escaparía al dispositivo económico.
Para responder a estos desafíos resultaba instrumental la centralización del federalismo. Concentrando la recaudación y el manejo de los recursos fiscales en la Presidencia –a través de las retenciones, los poderes presupuestarios delegados por el Congreso y los decretos de necesidad y urgencia–, el kirchnerismo tendría recursos y atribuciones como para subsidiar las distorsiones generadas por la maximización del crecimiento, reciclar esa maximización por medio del incentivo al consumo y, especialmente, disciplinar a gobernadores e intendentes de modo de obtener margen para introducir en la agenda nuevos tópicos que le permitieran ampliar y solidificar sus bases de sustentación. Esos tópicos fueron, fundamentalmente, la reforma de la
Corte Suprema de Justicia, los juicios por violaciones a los derechos humanos en la última dictadura, y el declive de la cultura política peronista.
Con esta estrategia, el kirchnerismo se propuso conservar una base de apoyo en el electorado peronista clásico y, a la vez, ampliarla y contrapesarla con la incorporación de sectores de clase media. Bajo el nombre de transversalidad primero y de concertación plural después, la estrategia fue exitosa en ampliar el caudal electoral del 22% de 2003 al 38% de 2005 y el 45% de 2007, así como también en fracturar a los partidos cuyo electorado residía precisamente en esas capas medias: la UCR, el Partido Socialista y el ARI.
Pero a partir de 2006, esa estrategia inicialmente exitosa comenzó a mostrar, como fantasmas ancestrales que insistían en acechar, las limitaciones que portaba de origen. Del lado económico, la maximización del crecimiento –a través del sostenimiento del tipo de cambio real competitivo, los subsidios, los congelamientos de tarifas y los aumentos de salarios y jubilaciones– comenzó a generar presiones inflacionarias cuya persistencia ensombreció el horizonte del esquema macroeconómico. Del costado político, las demandas no representadas, especialmente en las clases medias urbanas, sorprendieron al kirchnerismo sin inventiva política ni capacidad de adaptación y resultaron en las victorias locales de Mauricio Macri y Hermes Binner, así como de algunos dirigentes peronistas manifiestamente no preferidos por el elenco gobernante.
Ante estos desafíos, el kirchnerismo optó por replicar su estrategia inicial: mantener a toda máquina la maximización del crecimiento, continuar la centralización del federalismo para seguir disciplinando a dirigentes locales y definir su propio lugar simbólico como el de un “gobierno nacional, popular y progresista”, enfrentado a una derecha más o menos difusa pero claramente identificada con el neoliberalismo y la dictadura militar.
Pero ocurrió que los procedimientos empleados para replicar la estrategia inicial resultaron contraproducentes. El fuerte incremento del gasto público en el año electoral 2007, destinado a conservar la red de subsidios, congelamientos y compensaciones en que se sostiene el esquema macroeconómico, contribuyó no sólo a deteriorar la posición fiscal del Tesoro nacional sino también a incrementar las presiones inflacionarias. La táctica de destruir el sistema estadístico del país para dificultar la formación de expectativas de inflación sirvió para galvanizar esas expectativas. Y el manejo del conflicto con el sector agrario terminó por alienar apoyos clave de clase media, soliviantar a los líderes locales antes disciplinados y poner en riesgo el corazón mismo de la estrategia kirchnerista: la fuente del superávit fiscal.
Al imponer retenciones móviles a la exportación de los cultivos más rentables y expandidos de la actualidad, el Gobierno logró empujar a la rebelión a buena parte de los votantes de clase media rural que, tanto por medio del peronismo como del radicalismo K, habían nutrido su coalición electoral de octubre pasado.Al insistir en enmarcar la protesta agraria en la matriz discursiva de oposición entre el “gobierno popular” y la “oligarquía”, entre el “pueblo” y la “derecha golpista”, el kirchnerismo consiguió activar cacerolazos y movilizaciones opositoras tanto en la Capital como en los principales centros urbanos de las provincias más afectadas por las retenciones móviles, que son, para peor, las más populosas y poderosas electoralmente.
Al empeñarse en utilizar las retenciones como instrumento para mejorar su posición fiscal luego del rally de gasto electoral de 2007, del fracaso de su política de control de la inflación y en previsión de posibles contagios de la crisis financiera internacional, el oficialismo cargó el peso del ajuste fiscal sobre el sector productivo más dinámico del momento y reactivó así el poder y la influencia de los gobernadores e intendentes que había mantenido disciplinados. Todos estos actores, hasta ahora neutralizados o contenidos por la estrategia kirchnerista, parecen haberse desentumecido con el conflicto, y ensayan rumbos distintos de, y conflictivos con, los del oficialismo.
Los líderes locales, que como todo político desean ganar elecciones, enfrentarán de ahora en adelante la presión firme de sus bases electorales para, si no desmontar las retenciones móviles, al menos obtener el retorno de una parte de ellas bajo reglas formalmente establecidas y de cumplimiento obligatorio para el Gobierno nacional, recursos que permitan mejorar la infraestructura, la educación, la salud; todas asignaturas pendientes en el país en general y, particularmente, en las zonas rurales.
Los productores agrarios, que tienen sus inversiones y sus ganancias futuras en riesgo, estarán alertas al despliegue de la batería de compensaciones ofrecida por el Gobierno para terminar el conflicto, compensaciones en las que, razonablemente, no creen, ya que cuando se dispusieron para el sector lechero quedaron, por la naturaleza administrativa y fiscal de su trámite burocrático, mayoritariamente en manos de las grandes empresas lácteas.
Las clases medias urbanas previamente reacias al kirchnerismo, que han visto confirmados sus peores temores con los últimos gestos gubernamentales, se encontrarán prestas a manifestar su descontento ante cada intento oficialista de continuar con las fracasadas políticas de control de precios, así como de caracterizarlas como el monstruo derechista y golpista que, en su mayoría, distan de ser.
Las clases medias rurales, que supieron adherir a la propuesta electoral del Gobierno que manteniendo el tipo de cambio real competitivo había posibilitado sus extraordinarias ganancias de estos años, se hallarán crecientemente dispuestas a impugnar a ese mismo gobierno que ahora les incrementa la presión tributaria a niveles también extraordinarios, les compensa de manera tardía e ineficiente parte de sus costos por lo demás en aumento, y los califica de enemigos del pueblo.
Así las cosas, de seguir insistiendo en su estrategia inicial, el kirchnerismo probablemente termine uniéndose al cementerio de las coaliciones políticas fracasadas. Podría, no obstante, escapar de este camino de autodisolución. Bastaría, para ello, la virtud política de reconocer las limitaciones de sus propios cursos de acción, los errores de su ejecución, las fallas constitutivas de los diagnósticos con que se encaró la repetición de la estrategia inicial ante la acumulación de signos de su agotamiento.
Esa virtud no es, precisamente, lo que ha podido detectarse en los discursos presidenciales ni en las movilizaciones oficialistas de los días pasados. Los discursos parecieron menos orientados a persuadir a sus ostensibles destinatarios que a convencer a sus enunciadores. Las movilizaciones parecieron menos dirigidas a reparar y galvanizar la coalición deseada por el kirchnerismo que a encuadrarla a fuerza de retos y de palos.
Por mucho que se haya deseado e intentado inscribirlos en una épica de época que por cierto parece vigente y rescatable en sus categorías sólo para un núcleo duro de nostálgicos apoyos, ni esos discursos ni esas movilizaciones se asemejan a ninguna fiesta popular de liberación de la patria colonizada o amenazada por la derecha golpista, sino más bien a la confusión rabiosa de quienes se obstinan en reprobar a la realidad cuando ésta no se ajusta a sus deseos.
El problema es que para desplegar la virtud política que hace falta, el kirchnerismo necesitaría balancear la firmeza y la precaución de modo de no perder autoridad, como un equilibrista sobre un alambre de púas. Sólo cabe esperar que el equilibrista tenga el buen sentido de no saltar ante cada pinchazo, y que sus compañeros no hayan quitado la red de abajo.
*Licenciado en Sociología (UBA) y doctor en Ciencia Política (Universidad de Essex). Profesor de Finanzas Públicas y de Política Latinoamericana Contemporánea en la Universidad Torcuato Di Tella.

jueves, 22 de mayo de 2008

VOLVER










PERO NO CON LA FRENTE MARCHITA



COLLAGE: El logo de ARNET, incendio en la isla y Juan Puthod hablando frente a la Casa de la Memoria


Estamos de vuelta; ¿volvistes?, volvimos; decía la propaganda de un hipermercado. Pero en realidad nosotros no nos habíamos ido a ningún lado. "Los amigos de ARNET" me dejaron sin servicio desde el 19 de abril, por tal motivo nuestra última nota habia sido el 13 de ese mes, desde el 19 el servicio se interrumpió y comencé un largo peregrinaje por operadores, que con actitud de amianto solo se resignaban a contestar y repetir como disco rayado que no me podían solucionar nada, uno pude insultarlos que ellos igual te dirán:"Gracias señor por comunicarse con ARNET". Cartas documento mediante, intimación mediante defensa del consumidor un mes después estamos en el ciberespacio y reanudamos nuestro contacto ciudadano, a pesar de ARNET, quién ejerce una dictadura monopólica sobre los usuarios.
Durante nuestra ausencia pasaron muchas cosas, Zárate fue protagonista de las noticias en todo el país, no por méritos propios sino por la desgracia. Fue el mes del humo y los incendios en el delta que hicieron de nuestro paisaje neblinoso el motivo de charla de todos, y no solo de charla, también de alergias, suspensión de clases y de la imprevisión. Otro hecho, no solo también nos asomo a la ventana de la difusión pública nacional, sino al borde del precipicio y la antesala del horror. La desaparición por 24 hs del dirigente de la Casa de la Memoria: Juan Puthod, nos acerca a la imagen más trágica de nuestra historia reciente. Puthod por suerte y movilización popular mediante, volvió a aparecer, golpeado y según su propio testimonio secuestrado en forma de intimidación de los mismos que los secuestraron durante su adolescencia. Pero el tema Puthod parece morirse y diluirse, pero no en la neblina del humo del delta, sino del olvido y la indiferencia pública y de quienes deben investigar-¿investigarán?-¿sabremos algún día quien secuestró a Puthod?.
Aquí estamos entonces, con esta realidad que nos abruma pero nos mantiene alerta a los ciudadanos que creemos que en el debate, el discenso y la partcipación mejoraremos como sociedad. Gracias por habernos esperado, por haber preguntado, por seguir firmes ahí en esta nueva forma de comunicarnos, gracias y aquí está vuestro blog, CIUDADANOS.
Luis Sellán

miércoles, 21 de mayo de 2008

OTRA MIRADA



LA LUCHA POR LA RENTA AGRARIA




POR:CLAUDIO KATZ*
El prolongado conflicto entre el ruralismo y el gobierno ha derivado en una agobiante pugna política. El primer bloque busca acaparar la renta agraria a costa de la mayoría popular y el oficialismo necesita exhibir autoridad, para implantar un Pacto Social que favorezca al conjunto de los capitalistas.Las acciones del denominado “campo” escalaron hasta crear un clima ingobernable y sus líderes se han envalentonado en las negociaciones. El gobierno reaccionó con dureza, pero fracasó y quedó desconcertado. Sufrió una erosión de electores y gobernadores, que lo indujo a buscar una conciliación. Ahora parece inminente una nueva tregua, pero si se logrará o no un acuerdo perdurable es una incógnita. Lo único evidente es que el conflicto ha erosionado la cohesión que mantuvieron las clases dominantes durante los últimos cinco años.Causas y desencadenantesLos ruralistas salieron a las rutas para resistir un sistema de retenciones móviles a la exportación de soja. Pero cuestionan también los mecanismos de impuestos y subsidios que determinan los precios de los alimentos. Junto a la distribución de la renta se define cuánto habrá que pagar por el pan, la leche o la carne.Cualquier concesión al ruralismo implicaría aproximar el precio local de esos productos a su creciente cotización mundial, agravando el encarecimiento de la canasta básica. Este aumento tiende a revertir la disminución del índice de pobreza, que se ubicaría actualmente en un 30,3% luego de haber tocado el piso de 26,9 % a medidos del 2006.El conflicto en curso forma parte de una vieja confrontación que afectó a todos los gobiernos. Como los voceros del “campo” se consideran propietarios de la renta natural que generan los cultivos en Argentina han chocado con todas las administraciones, que intentaron equilibrar el reparto de ese ingreso.La acción ruralista ha reactualizado todos los mitos que enaltecen a los dueños de la tierra. Se afirma que toda la población “debe darle gracias al campo”, como si conformaran el sector laborioso que sostiene al resto de la sociedad. Suponen que la riqueza agraria es improductivamente redistribuida fuera de ese ámbito, mediante perversos sistemas de clientelismo estatal.En realidad ocurre todo lo contrario. La apropiación privada de la renta (históricamente por los terratenientes y actualmente por sus herederos capitalistas) ha sofocado el desarrollo industrial, perpetuado una inserción primarizada del país en la división internacional del trabajo. Lo que ha imposibilitado la prosperidad social es la ausencia de medidas de nacionalización directa o indirecta (por vía impositiva) de ese recurso.La causa inmediata del conflicto ha sido la probable reducción de los grandes beneficios que obtuvieron los ruralistas en los últimos años, como se comprueba en el precio de la tierra o en cualquier otro índice de las ganancias del sector. (1)Aunque persiste una favorable coyuntura comercial internacional, en el panorama económico local se avizoran fuertes turbulencias. Los beneficios fáciles que siguieron a la hiper-devaluación se han extinguido, junto al agotamiento de la transferencia regresiva de ingresos. Se han disipado tanto la capacidad ociosa, como los salarios formales abaratados y el consumo demorado que predominaron entre el 2002 y el 2007. En un escenario más difícil todos reclaman una tajada de la renta agraria. Los ruralistas porque la consideran propia y el gobierno porque debe afrontar crecientes gastos para sostener un modelo de subsidios a los capitalistas de la industria y los servicios.La república sojeraVarias semanas de conflicto han permitido conocer las trasformaciones agrarias que impuso la reconversión a la soja. Todo el bloque ruralista participa del modelo que desplazó a los cereales y generalizó un monocultivo, que amenaza la soberanía alimenticia, encarece el resto de los productos y contamina el medio ambiente. Esta transformación ha provocado, además, una mayor concentración de la propiedad. Solo el 20 % de los productores controlan el 80% de circuito de la soja. (2)Tres grandes sectores controlan la elevada rentabilidad que genera esa oleaginosa. En primer lugar, los contratistas (“Pool de siembra”) que se nutren de fondos de inversión y operan en gran escala sobre las tierras arrendadas. Grobocopatel, por ejemplo, es solo propietario del 10% de las 150.000 hectáreas que explota.Los proveedores de agroquímicos (Monsanto, Dupont, Bayer) conforman el segundo grupo de beneficiarios. Acaparan lucros mediante la fuerte dependencia que tiene la producción de soja de las nuevas semillas y fertilizantes. El tercer sector que se enriquece aceleradamente está constituido por cinco grandes compañías exportadoras, que manejan el 90 % de las ventas, con beneficios corrientes que superan ampliamente los 1.000-1.500 millones de dólares disputados con la introducción de las retenciones móviles.En esa cadena de comercialización -que principalmente controlan Cargill, Bunge, Dreyfus, Nidera y Aceitera General Deheza (AGD)- se procesan los principales beneficios de la soja. El cultivo es manejado desde la tranquera hasta el barco por un enjambre privado de acopiadores, puertos y molinos. De esa actividad participan también los agro-financistas, que operan mediante compras y ventas a futuro, a través de acciones especulativas que podrían ser afectadas por las retenciones móviles, si establecen un diagrama más previsible de evolución de los precios.Ninguna voz del bloque ruralistas ha cuestionado este circuito capitalistas. Despotrican contra las regulaciones oficiales, pero no han dicho una sola palabra contra los mayores dueños de este negocio.El sostén oficialTampoco el gobierno menciona a los grandes grupos de la soja, ya que mantiene una excelente relación con sus cúpulas, especialmente con Urquía (AGD), Grobocopatel, Elsztain y el clan Werthein. El modelo en curso ha sido intensamente apadrinado desde el ámbito oficial y ninguna medida que improvisaron los Kirchner para resolver la actual disputa ha rozado los intereses de sus aliados. A lo sumo evalúan ahora la formación de nuevos organismos para “conocer la realidad del sector”, pero sin introducir gravámenes significativos.Los ministros -que despliegan discursos demagógicos en defensa del pequeño productor- han destinado durante cinco años, el grueso de los reintegros (formalmente dirigidos a ese sector), a subsidiar a las industrias alimenticias más concentradas. Este conglomerado acaparó, por ejemplo, los 473 millones de dólares de compensaciones aprobadas durante el 2007 y como no existe ningún registro de productores de soja es un misterio como se revertirían esos privilegios. Para caracterizar quiénes son los amigos del gobierno basta con recordar la cobranza mínima del impuesto inmobiliario, la falta de actualización de este gravamen (en función de la valorización de los campos) o el visto bueno oficial al incumplimiento de los pagos de seguridad social.Todas las preocupaciones gubernamentales se han concentrado en las retenciones, ya que al igual que el IVA este impuesto se recauda fácilmente y no se coparticipa con las provincias. Su recolección apunta en la actualidad a engrosar la caja, no solo para sostener los auxilios a los empresarios, sino especialmente para afrontar un encarecimiento de los pagos de deuda externa.Algunos defensores del gobierno elogian por sí mismas a las retenciones, omitiendo que capturan una parte de la renta, sin redistribuirla (3). Quiénes afirman que la iniciativa oficial sólo falló en sus tiempos y formas de presentación, ocultan la utilización regresiva de un impuesto, que no ha servido para mejorar sustancialmente el nivel de vida popular. Un mecanismo regulador -que resulta indispensable para divorciar los precios internacionales de los locales- ha sido principalmente utilizado por el gobierno a favor de los poderosos.Productores y explotadoresEl conflicto ha ilustrado cuán obsoleto ha quedado el retrato clásico del campo argentino, como un paisaje de latifundios improductivos y chacareros-minifundistas. Pero en el nuevo contexto se ha instalado la falsa imagen del pequeño productor agrario como una clase media empobrecida. El ingreso de este grupo es reducido en comparación con los grandes capitalistas del sector, pero no conforman un segmento agobiado por la miseria.Un productor chico de la región pampeana con una propiedad de cien hectáreas (es decir una extensión minúscula para la zona) obtiene una renta mensual de 10 mil pesos y en menos de un año su propiedad territorial se ha valorizado en un 50%. (4). Esta ubicación social en gran medida explica por qué la Federación Agraria (FAA) actúa en bloque con la Sociedad Rural.Mantienen una sólida alianza con la entidad tradicional de los millonarios y proponen en común la eliminación de las retenciones móviles. Ni a Buzzi, ni a De Angeli se le ha escapado una sola palabra contra el establishment agrario y han cajoneado los antiguos reclamos de regulación estatal de los cereales y la carne.Para justificar este giro han recurrido a dos planteos. Por un lado afirman que “el gobierno no los atendió” y debieron “actuar con las otras entidades”. Pero olvidan que también podrían haber intentado un programa de alianzas con los trabajadores.Por otra parte subrayan que “las bases nos han pedido una acción coordinada”. Pero si esa demanda es cierta, ilustra cuál es el perfil social de sus asociados, que se sienten a gusto actuando con la Sociedad Rural. Quiénes efectivamente soportan el endeudamiento y la expoliación en el heterogéneo universo agrario han quedado sometidos a este manejo pro-capitalista de la Federación Agraria.Esta actitud tiene antecedentes en las divergencias que enfrentaron en los años 70 a la FAA con las Ligas Agrarias y en la actualidad se manifiesta en la distancia que esa organización mantiene con agrupaciones de los desposeídos, como el MOCASE o el Movimiento Nacional Campesino Independiente.Estas agrupaciones canalizan las demandas de sectores realmente oprimidos. Expresan, por ejemplo, a las 300 mil familias campesinas desalojadas de sus tierras en últimos 10 años por avance de la soja. También representan a los 220 mil pequeños productores de regiones no centrales, que son víctimas de la expansión de un cultivo que ya provocó el desmonte de 1,1 millón de hectáreas. (5)Pero el sector más invisible que aglutina a los explotados del sector está conformado por 1,3 millones de peones rurales. El 75% de ellos trabaja en negro y percibe un sueldo promedio de 600 pesos, soporta el mayor porcentaje nacional de accidentes laborales y carece de protección social. Este segmento - no ha recibido ningún goteo de la bonanza exportadora y su total ausencia durante el conflicto confirma el carácter pro-capitalista de las demandas en juego.La acción que convulsiona al campo es un lock out y no una rebelión de oprimidos. Se ha desenvuelto como una acción patronal, con cortes de rutas que coexisten con la continuidad de la actividad laboral tranqueras adentro. Sus protagonistas retraen productos de la venta y especulan con el momento oportuno de comercializar los granos o hacienda. Se guían por cálculos de mercado y no por criterios de rebelión popular.Aquí radica la diferencia abismal con el levantamiento del 2001. Quiénes actúan en el agro no son desempleados, ni luchan por subsistir y quiénes aún cacerolean a su favor en las grandes urbes forman parte de la clase alta. Los mensajes del 2001 eran inclusivos y los actuales son excluyentes. En ese momento los pequeños ahorristas se movilizaban contra los bancos, mientras que ahora la clase media rural actúa ajunto a los poderosos.Reacciones y comparacionesLa derecha se ha montado en el conflicto para reforzar el polo político que construye desde el triunfo de Macri en Capital Federal. No solo retoman el discurso neoliberal, sino que han resucitado también posturas gorilas que parecían extinguidas. No ha faltado la tónica racista que enaltece el gringo europeo de las colonias frente a los cabecitas negros del interior. Con esta diferencia de piel reavivan el rechazo oligárquico al “aluvión zoológico” que advirtieron en los años 50 y se han ganado el favor de los medios de comunicación, que denigran a los piqueteros pero reivindican a los participantes en tractorazos.Por su parte, el gobierno optó por reforzar su repliegue hacia la burocracia sindical y el aparato justicialista, que Kirchner intenta alinear desde Puerto Madero. Supone que podrá contrarrestar con este sostén el fracaso del proyecto transversal y la pérdida de apoyo entre las clases medias. Pero hasta ahora solo logró reactivar a las patotas de la construcción y camioneros, que ya repitieron el matonaje ensayado en San Vicente.El gran escollo de la política oficial radica en que el peronismo está agotado como movimiento popular. Conforma una estructura para administrar el estado, pero que ya no entusiasma a nadie. Por esta razón las marchas oficiales son operativos rigurosamente manejados desde arriba. El complemento de acciones contestatarias que aporta D´Elia también carece de acompañamiento popular. Son iniciativas mayoritariamente percibidas como maniobras monitoreadas desde la Casa Rosada.Por momentos el choque político entre el gobierno y la derecha parece resucitar una vieja polarización entre el peronismo y el antiperonismo, pero esta confrontación presenta tintes más culturales que políticos y es poco probable que renazca como un conflicto significativo.En cualquier caso, lo importante es evitar las falsas analogías, que algunos establecen entre la disputa con el agro y las confrontaciones que se libran en Venezuela o Bolivia. A diferencia de Evo y Chávez, los Kirchner han establecido una alianza con el establishment, no colisionan con el imperialismo norteamericano, no chocan con las clases dominantes, ni ha puesto en juego demandas populares.Como su gobierno tampoco es nacionalista, ni ha introducido reformas sociales, es falso asemejar el conflicto actual con el marco que rodeó al primer peronismo. Por otra parte, salta a la vista que la amenaza golpista solo existe para un discurso de ocasión. No hay fuerzas armadas, ni sectores del establishment interesados en que Cristina termine como Isabelita.Posturas y programasLa izquierda ha intervenido en el conflicto con una variedad de posiciones, que ha cubierto todo el espectro de alternativas posibles. La postura más inadmisible es el sostén el lock out patronal en defensa de un “pequeño productor”, como si perdurara un escenario de pequeños chacareros enfrentados con los latifundistas. Este supuesto se inspira en una fotografía congelada del pasado.Por otra parte, la idealización de cualquier lucha con perfiles de auto-convocatoria ha conducido a perder la brújula, en la caracterización de los protagonistas y las peticiones en debate. Esta ceguera se alimenta de una falsa analogía con las cacerolas del 2001 y en el desconocimiento del papel reaccionario que pueden adoptar (en algunas circunstancias) las movilizaciones de la clase media (como ocurrió con los camioneros de Chile bajo Allende o con los estudiantes de Venezuela en la actualidad).La incapacidad para registrar los conflictos de Kirchner con la derecha y la obsesión por ubicar al gobierno como enemigo principal conduce a compartir los espectros mediáticos y las acciones prácticas con figuras de la reacción.Un error simétrico se verifica entre quiénes apoyan al gobierno, aceptando el argumento de la escalada golpista (denunciada como una “acción destituyente”). En este caso se focalizan las críticas en los ruralistas y en los medios de comunicación, omitiendo denunciar la evidente complicidad de los Kirchner con las corporaciones de la soja. Se presenta al gobierno como una víctima, olvidando que ha sido artífice de la política agraria regresiva que precipitó el conflicto.Es evidente que ningún argumento tradicional para aprobar al oficialismo (“mal menor”, “adversidad de la correlación de fuerzas”, “peligro de un retorno neoliberal”) alcanza para disimular la connivencia oficial con el capitalismo sojero. A pesar de esta evidencia, el resurgimiento de la derecha impulsa a algunos intelectuales a participar de una segunda oleada de cooptación kirchnerista.La creencia que se debe tomar posición a favor de los ruralistas o el gobierno plantea una disyuntiva completamente falsa. Resulta perfectamente posible denunciar el lock out, sin apoyar al oficialismo y es conveniente explicar por que razón las retenciones son necesarias con modalidades muy distintas a su instrumentación actual.Hay otro camino para superar la crisis con programas alternativos, que han sido ya formulados por varias corrientes e intelectuales de izquierda. El punto de partida es un plan agrario para frenar la omnipresencia de la soja, recuperar la diversidad de cultivos, asegurar la soberanía alimenticia y facilitar la baratura de lo alimentos.Pero el papel regulador del estado no puede limitarse a una administración de retenciones diferenciadas, regionalizadas y coparticipables. Esta intervención debe apuntar al control integral del circuito de producción y comercialización agraria por medio del monopolio estatal del comercio exterior y la nacionalización de las grandes corporaciones de exportadores, comercializadores y pools de siembra. Esta transformación debería ser acompañada por una modificación radical de la propiedad en el campo, introduciendo impuestos progresivos y erradicando las condiciones de explotación del trabajador rural. Lo inmediato es derogar la ley de dictadura que rige las actividades de este sectorPero no alcanza con enunciar un paquete de medidas formalmente correcto si no encuentra la manera de difundirlo en forma apropiada, estableciendo vínculos con el conflicto real que opone a los ruralistas con el gobierno. La tentación abstencionista de declararse al margen de este choque puede convertir al mejor programa en un papel carente de influencia. No basta acertar con la respuesta. También hay saber exponerla, buscando conformar una tercera opción, en un momento de fatiga de la población con las maniobras ruralistas y las contramarchas oficiales.El panorama actual podría cambiar si un programa popular de transformación del agro empalma con la reactivación de la protesta social. Hay un nuevo dato a favor de esta confluencia. El conflicto rural le ha otorgado legitimación por arriba a la acción directa, ya que esta vez los artífices del piquete no fueron los desocupados, los estudiantes, los obreros o los ambientalistas, sino los propios beneficiarios del modelo. Este elemento puede favorecer el desarrollo de una próxima oleada de movilizaciones sociales.
*Economista independiente de izquierda para argenpres
Notas:1) El precio de la hectárea en Pergamino se elevó 132% entre el 2003 y el 2007 y las cotizaciones en la Pampa Húmeda superan a sus equivalentes de Estados Unidos. En zona triguera el precio de la tierra es cuatro veces y media superior al vigente en 1995, dos veces y media, el promedio de los últimos 10 años y casi el doble de la época de Lavagna. Como resultado directo de la devaluación se consumaron aumentos de precios para los productos agrícolas, que desde 2005 oscilan entre 80% 30% y15% (maíz, trigo y soja). La renta agraria obtenida sólo durante la campaña 2003-04 equivale a la obtenida en entre 1992 y 1996 y es más del doble de la conseguida entre 1997-2001. (Página 12, 14-7-07, 6-4-08, 5-8-07, 6-8-07)2) En las últimas cosechas la soja ya ocupó el 60 % de la tierra sembrada. Desplazó al trigo, al girasol y generó una caída del arroz, la avena y el centeno, afectando también a la fruticultura y horticultura. Como se siembra el tipo RR con glifosato su impacto sobre la contaminación ha sido reiteradamente denunciada por los especialistas. El tamaño medio de las explotaciones agropecuarias pasó de 469 hectáreas (1988) a 588 (2002) en un cálculo que subestima el nivel de concentración, ya que los mismos propietarios poseen más de una unidad (Página 12, 6-4-08, 20-4-08).3) Es el caso de Humberto Tumini: “Los aciertos y los errores”, Página 12, 6-4-08.4) Página 12, 12-5-08.5) Diversas informaciones sobre esta realidad han sido expuestas en las últimas semanas por artículos aparecidos en Página 12 (11-4-04, 25-4-08, 17-4-08).

A DECLARAR SE HA DICHO


LAS CUENTAS CLARAS CONSERVAN LA CREDIBILIDAD


Este jueves sesionará nuevamente el Concejo Deliberante y uno de los temas que se tratará será un proyecto presentado por el bloque Coalición Cívica, para que los funcionarios presenten una declaración jurada que esté al alcance de la ciudadanía.Alrespecto, el concejal Jorge Paiz; autor de la iniciativa; señaló que este proyecto tiene que ver con la intención de trabajar sobre todo aquello que tenga ver con la participación ciudadana y la transparencia pública.“Estamos convencidos de que, una vez que uno ingresa en la función pública, todo pasa a ser público y tiene que ser de conocimiento de todos”- dijo Paiz-, quien además sostuvo que hay que apuntar cada vez más a mejorar la calidad de cada uno de los políticos, funcionarios y legisladores y ser transparentes con el tema de los sueldos que perciben.Teniendo en cuenta que hace un par de años la concejal por el Partido Comunista Tania Caputo, había presentado un proyecto de similares características que no prosperó y el tema quedó, como se dice en la juerga edil, “cajoneado”.En este sentido, Jorge Paiz enfatiza en que es necesario que los concejales tomen conciencia de la importancia de este proyecto y del hecho de mostrar gestiones transparentes. Sin embargo, ante la posibilidad de que el proyecto vuelva a descansar en un archivo, Jorge Paiz dijo que: “Si el proyecto no prospera en el HCD, vamos a implementarlo con los ediles de nuestro bloque, subiendo la información por internet, a la página de la Coalición Cívica”.De este modo, el concejal dejó aclarado que, más allá de que el proyecto sea aprobado o no, va a ser tenido en cuenta como herramienta de transparencia.

OPINA EL CIUDADANO: Sería importante acompañar este proyecto, con un seguimiento de horarios a cumplir por los ediles. Es sabido, no es el caso del concejal mencionado en la nota, que muchos miembros del cuerpo no han dejado sus negocios, profesiones o catedras, que pueden hacerlo pero que aveces le llevan más del debido tiempo y poca dedicación a sus funciones. Un ejemplo de esto fue el Dr Fox que en otros tiempos se daba maña para su profesión, dar clases en la facultad, su trabajo en la cooperativa y sus funciones de edil, todo un ejemplo de contricción al trabajo y sobre todo pocas horas para dormir.