Su vida se apagó en el Sanatorio Favaloro, en Capital Federal.
Había sido nombrado “Embajador Cultural Zarateño” por el actual intendente Osvaldo Cáffaro, como galardón a su obra y trayectoria.
Se llamaba en realidad Juan Alberto Ficicchia y había nacido un 12 de enero de 1923, del matrimonio que componían Don Manuel y doña Victoria Papaleo.
Sus inclinaciones musicales comenzaron con el tambor que empezó a tocar en la compañía de Boys Scouts “Alférez Nelson T. Page”.
Sus primeros estudios musicales fueron en el Conservatorio “Fracassi” y de batería con Tony Carvajales, afamado baterista de jazz de la época, mientras soñaba con el talento de famosos como Benny Goodman, Arti Shaw, Tommy Dorsey, y de los mejores bateristas de la década del ’30, como Buddy Rich y Gene Krupa.
Debido a la muerte de su padre y para ayudar a la economía fami-liar consiguió uno de sus primeros trabajos en el Frigorífico Smithfield y con parte de esos ingresos, sumado a la ayuda de su madre, logró comprarse su primera batería.
Comenzó tocando con amigos como De la Torre, Gaya, Virgilio Expósito, y varias orquestas de Zárate.
En su paso por la ciudad, la banda de jazz de Raúl Marengo quedó fascinada con su virtuosismo y carisma y lo incorporó como su baterista, mudándose a Bs. As.
Nunca dejó de hacer lo que le gustaba, buscando la excelencia.
Tocó con los famosos Cottons Pickers y acompañó en sus discos a Oscar Aleman y a infinidad de artistas extranjeros que visitaban la Argentina. En el año 1947 compuso la canción infantil “El Elefante Trompita”, la cual se convertiría en una de las canciones infantiles en español más populares de la historia. Finalmente en el año 1957 decide encarar su propio proyecto y forma la orquesta “TITO ALBERTI”.Entre los años 1958 y 1970 el ir a bailar con la Orquesta de Tito Alberti era un clásico indiscutible, lo cual le permite lograr ser primero en recaudaciones en las fiestas de carnaval argentinas durante 11 años seguidos.
Para ese entonces su popularidad y éxito es tan avasallante, que llegó a actuar en 50 shows por mes durante más de 8 años.
Con su banda acompañó importantes eventos tales como la inauguración de los Hoteles Presidente, Sheraton, Libertador, Bauen, Los 2 Chinos entre otros, convirtiéndose en la Orquesta preferida de los grandes eventos de la época. En el transcurso de su historia, Tito compuso más de 100 obras musicales, las cuales fueron editadas a nivel internacional por los principales sellos discográficos.
En el 2003, con el fin de llevar una vida más tranquila y cercana a sus viejos amigos, decide regresar a Zárate, su ciudad natal.
Sin embargo su espíritu activo e inquieto no le permite detenerse, y en el 2005 a los 83 años de edad, realiza un concierto con músicos de jazz de reconocida trayectoria, llenó en su totalidad el teatro Coliseo de Zárate. En 2006 compuso la marcha Custodios de la Patria que le dedicó a la Gendarmería Nacional y que fue ejecutada por la Banda de Concierto de dicho organismo.
Tito Alberti deja dos hijos, Charly y Andrés, ambos músicos de rock de trayectoria internacional, que aprovecharon de la sapiencia y apoyo de su progenitor.