lunes, 7 de septiembre de 2009

RECUERDOS DE LA MUERTE


fotos: Maradona y la copa, Perez Esquivel y las madres y la calcomania con su frase

EL MUNDIALITO DE LOS DERECHOS Y HUMANOS

POR: LUIS SELLÁN

Durante el año 79, gran parte de la sociedad argentina vivía en el sopor del limbo que había dejado el mundial del año anterior. Y gozaba de las gambetas y goles de un fabuloso equipo juvenil, que desde Japón y muy temprano en la mañana, mantenía a los argentinos frente a la pantalla de ATC, gozando del futbol de los juveniles Diego Maradona-con corte de colimba, Ramón Díaz, el “pichi” Escudero, Rinaldi y Meza entre otros. Algunos se consagraron definitivamente, otros brillaron durante un tiempo y otros se perdieron en la historia del mundial de Tokio.

Mientras tanto, otra parte de la sociedad, jugaba otro partido, la búsqueda incesante de sus hijos desaparecidos por el terrorismo de estado de la dictadura militar. Todavía, muchos mantenían la esperanza que estos volverían con vida. La dictadura estaba en su apogeo y el futbol se lo comía todo; el mismo día en que el equipo de Menotti le ganaba tres a uno a la Unión Soviética la final del campeonato mundial juvenil; la Comisión Interamericana de Derechos Humanos venía a nuestro país a entrevistarse con organizaciones defensoras de derechos humanos, familiares de víctimas y los jerarcas del régimen. Colas incesantes de familiares de desaparecidos daban su testimonio a la Comisión en el centro de Buenos Aires; cuando a las nueve de la mañana el pitazo final provocó que los “otros” salieran a las calles a festejar un nuevo triunfo deportivo; fue entonces cuando en el centro de la ciudad se juntaron dos países, el del somnífero del futbol con el de la memoria y el clamor de justicia.

No faltaron los bufones; hay quienes dicen que el ideólogo fue el locutor Julios Lagos, a quien se le ocurrió la temible frase:”los argentinos somos derechos y humanos” y el relator de América: José María Muñoz quien arengo a la gente para que vayan a “demostrarle” a los de la comisión que los argentinos lo “éramos”.

Al poco tiempo en las lunetas de las autos aparecieron las primeras calcomanías con la nefasta frase, mientras que en la plaza a las madres le faltaría mucho para ganarse el reconocimiento del pueblo; se necesitó una guerra y las recuperación de la democracia.

Pensar que muchos argentinos lucieron orgullosos esas calcomanías, orgulloso las llevaron de compras a Uruguayana o a festejar la recuperación de Malvinas; ¿Quiénes fueron esos argentinos?; FUIMOS NOSOTROS.

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