lunes, 2 de junio de 2008

OTRA MIRADA

Por Julio Belando
LAS PREGUNTAS CORRECTAS
(AUNQUE SUENEN INCOMODAS)
Ante situaciones de crisis, o la posibilidad de ella, los argentinos tendemos a hacernos una serie de planteos y cuestionamientos que nos llevan a preguntas tan trascendentales como : Tenemos el gobierno que queremos y que nos merecemos?, Qué modelo de país deseamos?, Que nos deparará el destino si se viene el caos? , La Argentina podrá salir de otra crisis?
Todo esta clase de preguntas, de carácter más bien abstracto son muy difíciles de responder de una manera consistente y sólida, como para dejar conforme a alguien. Y sin embargo, nos vivimos haciendo este tipo de interrogantes en épocas como estas, obviamente sin encontrar jamás la respuesta adecuada y consensuada que estamos buscando.
Porque , aunque resulte incómodo a veces, las preguntas que debemos formular son más sencillas, más personales y nos involucran a todos. Y quizá de esas respuestas, vergonzantes incluso para nosotros mismos, se pueda echar algo de luz sobre todos los problemas que nos agobian. Valgan una serie de ejemplos:
Días pasados, le pregunté a mi carnicero acerca de un corte de carne muy común por el que estaba pagando $ 20. – Vos a cuanto comprás el kilo? A seis pesos, me respondió. Y no te parece inmoral ganar en un kilo de carne más del 200 % en la reventa?? Obviamente, se excusó en la crisis actual y la “posible” escalada inflacionaria.
A dos cuadras de mi oficina en Rosario, hay una YPF donde cargo nafta habitualmente. Desde diciembre sólo cargan $ 50 de nafta por vehículo y sólo en efectivo. La semana pasada di dos veces la vuelta manzana para llenar el tanque. Le pregunté al despachante: Por qué venden de a $ 50 si tienen los depósitos llenos de combustible?? Esa sí que es una buena pregunta , atinó a contestar-
En una conocida estación de servicios de la rotonda de Zárate, me pasó algo similar. Mientras yo cargaba nafta, vi como el conductor de una camioneta se enfurecía con la chica de la playa porque le decía que no tenia gasoil ( yo había visto como minutos antes le habían vendido el combustible a un auto de una persona conocida). Disimuladamente le dije: Decime la verdad hay o no hay gasoil ¿ Los depósitos están llenos, me contestó. Y por qué no venden? No lo se, fue la respuesta, no nos dejan
El otro día me sorprendí abriendo la despensa en la casa de mi tía en Santa Fe, y vi mas de 30 botellas de aceite de girasol almacenados en una alacena. Tía – le dije- estás desabasteciendo el mercado. No te va a alcanzar la vida para consumir tanto aceite. Es que no se a cuanto se puede ir el precio más adelante, me dijo. No te parece que si todos piensan como vos, el precio del aceite lógicamente va a ir aumentando??
Tengo amigos que llegaron a comprar, hace un par de semanas dólares a $ 4.10. Por que?? Por las dudas. Y hoy se quieren matar, por supuesto.
Todavía no aprendimos nada?? Puede ser que sigamos pensando como en los ochenta o en los noventa? Siempre vamos a actuar con la premisa del “Sálvese quien pueda”?
Hablaba hace unos días con un chacarero de Cañada de Gómez sobre el conflicto del campo, y le preguntaba : No crees que hay mucho de componente político de ambas partes en este enfrentamiento? Por supuesto que me lo negó.
Al famoso acto del 25 de mayo en Rosario, me invitó Lilita Carrió, por la Coalición Cívica, la gente de Macri y el piquetero Castells, obviamente todos por la reconciliación nacional. Alguien cree de verdad que toda esta gente pueda estar interesada en que el problema del campo se resuelva?
Volví a hablar con el chacarero de Cañada al día siguiente, con otros planteos: Seguro no hay nada de boicot detrás de todo esto? Y quién puede estar atrás del caos?, me interrogó admitiendo esa vez la posibilidad. Elucubrando hipótesis en voz baja, nos pusimos a pensar que había pasado cada vez que la sensación de caos se instala en la Argentina, y quiénes habían salido beneficiados siempre, con la crisis de la hiperinflación de Alfonsín, con la crisis política de Menem, con la caída de De la Rúa. Nos preguntamos : Quien? No necesitamos ni pronunciar un nombre, en silencio ambos nos dimos cuenta en las manos de quién o quienes puede estar el juego.
Ojalá que los argentinos hayamos aprendido las lecciones del pasado, dejemos de especular con nuestro destino individual, no exageremos comprando ni aceite ni dólares, ni remarcando, ni acaparando, porque entonces el caos - imposible en un país que crece al 8 % anual, con superávit comercial y fiscal, con una balanza comercial favorable y las arcas de Banco Central llenas- , se puede convertir en realidad sólo por obra y gracia de nuestra propia inconciencia.
Preguntémonos estas cosas a nosotros mismos, y quizá descubriremos que siempre, en buena medida, somos responsables de lo que nos pasa. Pero preguntémonos con honestidad, dejando de lado nuestro egoísmo natural y pensando un poco más en el bien común y en la solidaridad para con todos nuestros compatriotas.

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