EN EL MARCO DE OTRA JUGARRETA QUE NOS TIENE ACOSTUMBRADO EL PJ, EL EX PRESIDENTE DE LA NACIÓN, EX GOBERNADOR DE SANTA CRUZ, PATAGÓNICO DE TODA LA VIDA. PODRÍA LLEGAR A SER CANDIDATO A PRIMER DIPUTADO POR EL PJ BONAERENSE- PROVINCIA EN LA QE NUNCA VIVIÓ, SALVO EN SU ÉPOCA DE ESTUDIANTE, Y MUCHO MENOS TUVO MILITANCIA POLÍTICA. NO ES LA PRIMERA QUE ESTO PASA, RECORDEMOS AL SONRIENTE RUCKAUFF Y AL ACTUAL GOBERNADOR SCIOLI. DÍAS PASADOS EN OCASIÓN DE HABER CIRCULADO POR LAS RUTAS 9 Y 8 EL CIUDADANO PUDO APRECIAR LAS PRIMERAS PINTADAS DEL MOVIMIENTO EVITA, INICIADOR DEL PROCESO "CLAMOR". LA JUSTICIA PODEMOS IMAGINAR QUE DIRÁ, OJALÁ EL PUEBLO SEPA PENSAR.
Un fantasma recorrió los despachos de los caciques del conurbano.–Hay que salir a pintar Néstor 2009. Corridas, nervios, telefonazos, reuniones de urgencia. ¿Lo mandó Néstor? La idea de las pintadas y los afiches a favor de una candidatura de Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires para un todavía lejano 2009 fue del Movimiento Evita, una de las más importantes organizaciones territoriales kirchneristas. Su interlocutor en el Gobierno es el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. El funcionario pidió paciencia. pero lo cierto es que en el oficialismo, por estos días, se tejen y destejen estrategias electorales para el 2009 con la velocidad de los jets. El gran desafío después de la crisis con el sector agropecuario es, al menos, contener los votos, los diputados, los senadores, los concejales. En suma, conservar el poder. Después de 2009, a la vuelta de la esquina está el 2011. Y ahí sí que se juega el todo por el todo: desde las intendencias, pasando por las gobernaciones hasta la presidencia de la Nación. Y el oficialismo no quiere un tropezón. Las cosas no parecen tan fáciles como un semestre atrás. En el kirchnerismo provincial no sólo preocupa la caída de la imagen propia, que –dicen– se está recuperando paso a paso, sino los desgajamientos políticos como los radicales K que se fueron con Julio Cobos, o los “potistas” que reaparecieron de la mano de Eduardo Duhalde o se imaginan agazapados detrás de Felipe Solá.Según los cálculos del búnker oficialista, hoy estratégicamente ubicado en la Quinta Presidencial de Olivos, la llegada de Cobos al pelotón opositor no hizo sino complicar las chances electorales de los anti-K. “El escenario es parecido al de 2005. En ese momento la estrella opositora del Gobierno era Chiche Duhalde, que finalmente salió segunda, pero a más de veinte puntos de distancia”, dijo a Crítica de la Argentina un habitué de Olivos. La elección del ejemplo bonaerense no fue desinteresada. Allí, en la provincia de Buenos Aires, el oficialismo centra sus esperanzas. El 38% de los electores son el bocado más preciado. La decisión de Néstor Kirchner de erigirse en jefe del PJ y recostarse sobre ese partido político, aun en desmedro de concertaciones o transversalidades, obedece a una lógica de hierro: garantizar la elección de abajo para arriba. Esto es, mientras que la elección de 2005 se ganó por el arrastre de la imagen de Cristina, ahora la columna política será la estructura de intendentes. Y necesitan una cabeza visible con buena imagen. Para el primer caso, hay una catarata de obras para mejorar su imagen de hacedores. La semana que pasó se anunciaron dos hospitales en La Matanza, uno en Morón. Asfalto, agua potable, cloacas y centros de salud se multiplican a un ritmo vertiginoso. Para el segundo ítem, Daniel Scioli era el candidato favorito, pero debería haberse producido una compleja modificación electoral para llevarlo como candidato a constituyente para una reforma de la Carta Magna que nadie pide, y postularlo sin que deje la gobernación. El sciolismo se resistió. Y ganó. En Olivos confían en que cualquier otro candidato, con una mediana imagen y una buena campaña, sorteará el resbaloso 2009. Pica en punta el jefe de Gabinete, Sergio Massa. Lo siguen de cerca el ministro del Interior, Florencio Randazzo y, apenas asoma, el jefe de los recaudadores bonaerense, Santiago Montoya. Pero no se descarta el primer lugar de la lista para el anfitrión de Olivos, Néstor K. Si efectivamente la oposición sigue dividida y el triunfo está a la vuelta de la esquina, ¿quién de nosotros puede decirle que no al jefe? “Y si gana, ¿adiviná quién es el próximo candidato presidencial nuestro?”, inquiere, casi respondiendo, la fuente.
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