jueves, 29 de enero de 2009
miércoles, 28 de enero de 2009
EL PAPA "BUENO", PERDONÓ AL OBISPO NAZI
La siesta ayer era una obligación en La Reja a las cuatro de la tarde, cuando en esa zona semi deshabitada de grandes quintas del partido de Moreno, Barrou se asomó a la puerta de un impresionante edificio sobre un terreno en donde todo parece más faustoso porque justamente no hay nada. Entonces dijo a Clarín: "El
Lejos del seminario y de la gran iglesia donde los lefebvrianos han mantenido la costumbre de dar misa en latín, cientos de organizaciones pidieron ayer al Papa que de marcha atrás con el perdón. En las afueras de los edificios donde un cartel dice "Ave María Purissima", apenas un par de personas esperaban
El enorme arco de cemento sobre una calle perdida llamada Antogafasta, lleva hasta el seminario donde da clases el obispo más criticado del momento. "Se lo ve poco", contó una vecina. En el interior varios jóvenes ultra conservadores, ahora de vacaciones, estudian. El sitio fue elegido por el fundador de la congregación, el arzobispo francés Marcel Lefebvre, quien protagonizó hace dos décadas el cisma católico por sus posturas reaccionarias. El cura murió en 1991 pero sus seguidores siguen siendo casi 600 mil en el mundo. El sitio, donde ayer "descansaba" el obispo antisionista, fue elegido -según Williamson- porque "sería el país más adecuado en Latinoamérica para lanzar la misión de la sociedad de formar curas".
Cuando Lefebvre ordenó como obispos a Williamson, a Bernard Fellay, Bernard Tissier de Maillerais y a Alfonso de Galarreta, Juan Pablo II los excomulgó en 1988. El decreto de Benedicto XVI del sábado perdona la excomunión en pos de "estabilizar las relaciones con la hermanad". Ayer también se despegaron de Williamson el resto de su comunidad. "Las afirmaciones de Williamson no reflejan en ningún caso la posición de nuestra Fraternidad", dijo el superior de la orden, el obispo Bernard Fellay. El Vaticano consideró inaceptable negar el Holocausto. Pero antes, igual lo perdonó.Esta decisión de Benedicto XVI, ha provocado un serio confícto diplomático ya que el rabinato rompió relaciones en el día de hoy con el Vaticano, curioso cuando desde otros lados se habla de unir las religiones, los pueblos y las culturas. ¡UNA FUMATA BLANCA URGENTE, POR FAVOR!
domingo, 25 de enero de 2009
DESDE EL MIRADOR, POR: LUIS SELLÁN
COSTUMBRES ARGENTINAS, ZARATEÑAS Y LIMEÑAS
Días pasados, el buen portal informativo local ZARATE INFORMA, señaló que desde el corralón municipal de lima se trasladaron casi cien camiones de tierra para un predio privado, utilizando personal municipal en horas contra turno y además se utilizaron vehículos y maquinarias que pertenecen al estado municipal. A todo esto se suma lo insólito de la respuesta dada al mismo portal; días después, por el Delegado Municipal Oscar Da Costa(un radical ligado al senador “K” Filpo), quien tras admitir la veracidad del hecho destacó que esto es una vieja costumbre limeña, la de llevar tierras a privados, además como si fuera poco agregó, como deslindando responsabilidades y de alguna manera culpando a una forma de ser limeña que: “En Lima hay una idiosincrasia que la gente le hagas todo, que le lleves ladrillos, que le juntes las ramas, etc,etc”.
Como primer punto, y sobre estas afirmaciones, creo que las mismas son totalmente desafortunadas. Es importante destacar que Da Costa; quien me consta es un buen funcionario y que desde que él esta en Lima le ha cambiado la cara tanto a la delegación como al pueblo; se encontaraba en uso de licencia y hoy ha encontrado esta singular y lamentable forma de justificar este hecho, que aunque se quiera disimular es grave.
Hay muchas costumbres dañinas en nuestra sociedad, la costumbre de cruzar los semáforos en rojo, de coimear al agente de tránsito ó la policía, de buscar un favor de un conocido en una oficina, del contacto y la gratificación por los servicios prestados, costumbres añejas y perniciosas que han deteriorado a la política y a nuestra convivencia como sociedad republicana.
No es, estimado Oscar Dacosta, la manera de justificar un episodio que debe ser investigado, diciendo que es parte de una costumbre limeña, y lo que es peor atribuirle a cierta cultura holgazana de los limeños, “ellos son así, unos cómodos y vagos.”, le falto decir al delegado municipal. Si esta cultura de las costumbres y la comodidad existen es el deber de la “nueva política”, que tanto pregona la Coalición Cívica (pregonamos), educar y provocar un cambio de cultura. Hace veinte años que el peronismo de la provincia de Buenos Aires gana elecciones repartiendo chapas 10 días antes de las mismas, y prometiendo viviendas que nunca llegan, asfaltos y cloacas que nunca existirán, y así se va la vida de la gente que se Resigna a creer que todo es igual y que nada cambiará, y lo único que les resta es esperar la dadiva de un burócrata de turno. Son estos burócratas los creadores de esta cultura de la resignación y las COSTUMBRES, que es funcional al poder de dominación.
Entiendo que Da Costa y todos quienes componen mi gobierno, están a favor de la política del crecimiento colectivo, del esfuerzo individual y mutuo, de la cultura del laburo cotidiano. Por tal motivo entiendo que este tema se va a investigar, ¡NO ESTÁ BIEN UTILIZAR LOS BIENES PÚBLICOS PARA EMPRENDIMIENTOS PRIVADOS!, por más buenas personas que sean esos privados, y buenas intenciones y acostumbramientos arraigados tengan.
Como bien dice Zárate Informa, esta situación planteada en Lima se parece bastante, al supuesto affaire de José María Álvarez y que le costó el puesto- que mas allá de mi pensamiento personal sobre su designación- no se merece tener en su cabeza colgada la espada de Damocles de que pueda considerarse un corrupto si no lo es, para el bien de él, la salud de nuestro gobierno sería bueno que de una vez por todas se aclare que pasó también y no se pierda, al igual que este caso y otros que puedan llegar a venir, en las tinieblas de la mal sana costumbre del olvido.
viernes, 23 de enero de 2009
A VEINTE AÑOS DE LA TABLADA POR LUIS SELLÁN
En la mañana del 23 de enero de 1989, las radios capitalinas empezaban a hablar de un nuevo levantamiento carapintada. Aún estaba fresco el último; de los tres que debió soportar el Presidente Alfonsín; producido en Villa Martelli por Mohamed Ali Seineldín en diciembre del 88.
Un camión de Coca Cola, varios autos y menos de medio centenar de militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) ingresaron el 23 de enero de 1989 al Regimiento de Infantería Mecanizada de La Tablada. Cómo si la inteligencia militar tuviera preparada una emboscada sobre los atacantes, la policía de la provincia de Buenos Aires primero y el ejercito después realizaron un cerrojo que no permitió salir a los intrusos, muchos de los cuales cayeron apenas ingresaron, y hay quienes dicen que pretendieron rendirse apenas pasado el mediodía, sin embargo, hasta el otro día se siguieron escuchando disparos, presencia de aparentes francotiradores que nunca se comprobaron y una parafernalia de tiros, cañonazos e incendios, que pareció más a una puesta en escena por el ejército que encontró en la Tablada la justificación ideal a la guerra sucia.
El MTP era un movimiento surgido en los albores de la democracia, como un movimiento de opinión no político aparentemente, quien reunía en sus filas a dirigentes sociales, gremiales, de derechos humanos y religiosos, entremezclados con ex combatientes del ERP, la cabeza del movimiento fue Jorge Baños, un abogado vinculado a los Derechos Humanos; y entre sus miembros más encumbrados estuvieron: Jaime Dri, Pablo Díaz(sobreviviente de la noche de los lápices), Melitón Vázquez, y el sacerdote capuchino Fray Antonio Puigjane, un sacerdote vinculado a las causas de los derechos humanos muy cercano al pensamiento de Mñor Angelelli, asesinado durante la dictadura.
El órgano de difusión era la revista Entre Todos, y en sus páginas escribieron personajes de todo el espectro político, desde Carlos Auyero, hasta Carlos Menem, para nombrar algunos; su eslogan era precisamente: “Peronistas, radicales, cristianos y socialistas, todos juntos por la patria”; ni al más agudo observador se le podría ocurrir el final que tuvo el movimiento.
Aunque en el año 87, luego de los acontecimientos de semana santa, tuvo un giro ideológico, blanqueó la presencia de Enrique Gorriarán Merlo en la conducción; Baños tomó su defensa; quien había realizado una autocritica de su pasado y según sus palabras apostaba a la democracia, sin embargo la presencia del ex líder del ERP provocó el alejamiento de Dri, Vázquez, Díaz y Manuel Gaggero, entre otros.
Diez días antes; de los acontecimientos de La Tablada, el abogado Jorge Baños denunciaba en conferencia de prensa un inminente levantamiento carapintada, y vinculaba en ese levantamiento al entonces candidato Menem y al vice presidente Martínez, conjuntamente con Seineldin y Rico quienes estaban presos. Alguna vez el Comisario Pirker, jefe de la federal,muerto meses después dijo que él en dos horas hubiera desalojado a los insurrectos, pese a que durante 30 horas el cuartel estuvo sometido a bombas y disparos, nunca quedaron debidamente aclaradas las causas de muchas de las muertes. Hubo denuncias que los militares usaron fósforo blanco, y que habrían torturado y fusilado tras la rendición, de hecho hay fotos donde se ven militantes del MTP con vida y luego están en la lista de muertos o desaparecidos; el caso más emblemático es el de “Pancho” Provenzano a quien lo habrían visto con vida y luego su cuerpo fue encontrado carbonizado y prácticamente irreconocible, de los dirigentes más encumbrados que salieron con vida del cuartel él único fue Roberto Felicetti, mientras que Gorriarán quien habría dirigido las acciones desde afuera escapó y estuvo varios años prófugo hasta que se entregó en México, mientras que Fray Puigjane quien no participó del hecho y según cuenta se enteró por televisión y radio, se entregó y estuvo diez años presos. Hubo once muertos del lado del ejército y las fuerzas de seguridad, entre ellos dos conscriptos y del lado de los insurrectos 39 guerrilleros, entre ellos seis están desaparecidos, que en el informe 55 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de noviembre de 1997, se consigna la información: Carlos Alberto Burgos, José Alejandro Díaz, Juan Manuel Murúa, Iván Ruiz, Carlos Samojedny, y Roberto Sánchez. Cuatro fueron ejecutados extrajudicialmente: Berta Calvo, Francisco Provenzano, Pablo Martín Ramos, y Ricardo Veiga. Otros 19 murieron dentro del cuartel: Eduardo Agüero, Oscar Allende, Ricardo Arona, Julio Arroyo, Jorge Baños, Pablo Belli, Pedro Cabañas, José Luis Calda, José Cébala, Claudia Deles, Félix Díaz, Roberto Vital Gaguine, Juan González Rabuggetti, Claudia Lareu, Horacio Luque, Miguel Ángel Luque(los hermanos Luque son de Zárate), Carlos Maldonado, Sergio Mamani, y Aldira Pereyra Nunes.
Aún resta que saber que paso en La Tablada; ¿Que quisieron hacer Gorriarán y sus compañeros?; ¿realmente hubo un intento de golpe?, ¿les vendieron carne podrida los servicios de inteligencia?, ¿sectores del gobierno pretendieron obtener alguna ganancia con tan insensato ataque? La verdad que Gorriarán se llevó el secreto a la tumba, en su libro de memorias(DE LOS SETENTA A LA TABLADA EDITORIAL PLANETA) se limita a decir la teoría del golpe pero es poco creíble,igual que los guerrilleros sobrevivientes quienes guardan un absoluto silencio y solidario discurso; el mismo de su jefe muerto.
La cuestión que este copamiento fue un golpe a la democracia y a la lucha popular, y sirvió de caldo de cultivo para que los grupos reaccionarios exigieran más impunidad, el indulto menemista fue el premio deseado y obtenido por la derecha argentina, mientras que en La Tablada aún perdura el olor de carne humana joven quemada por una loca y última aventura guerrillera y por la supuesta aplicación de las prácticas del terrorismo de estado.
jueves, 22 de enero de 2009
LA NIÑA QUE PARALIZÓ AL MUNDO
martes, 20 de enero de 2009
Olvidémonos por un rato de que se trata de Estados Unidos; y fijémonos por un instante en una imagen; la de miles de afroamericanos que hace cuarenta años no podían ir sentados en un colectivo si un blanco podía llegar a ir parado en el mismo; en la imagen de una revolución silenciosa y a pie que inició un pastor negro llamado Martín Luther King. Que hoy, un negro; de origen musulmán que se llama Barack Hussein asuma la presidencia de los Estados Unidos parece ser la concreción de ese sueño americano, es un hecho importante y que genera no pocas expectativas.
Ahora volviendo a que se trata de Estados Unidos, Barack Hussein Obama es un presidente norteamericano y de seguro defenderá los intereses del imperio. Pero es indudable que lo hace en un momento muy especial, Obama parece asumir en el fin de un ciclo, la era de la llamada “REVOLUCIÓN CONSERVADORA”, que iniciara Ronald Reagan, y que se anticipara a la inevitable caída del llamado socialismo real que se produjera diez años después, la era Reagan comenzó la etapa de la globalización y la hegemonía capitalista; que luego continuára Busch padre, el interregno liberal globalizado de Clinton y que culminara con el Busch W; un personaje perversamente mediocre; el personaje ideal para la caída de un imperio o el fin critico de una época.
Obama tendrá el deber de reconstruir lo que queda de su sistema, que como ha señalado él mismo en su discurso inaugural, tiene un escenario ante sí de desocupación, precarización social y económica nunca visto, la asunción de Obama del día de hoy mas allá de cierta parafernalia y tradiciones se parecía a la asunción de un presidente latinoamericano en problemas, muy lejos de las poses de sheriff fuerte que caracterizaron otras asunciones presidenciales. Quizás lo más difícil que tendrá que reconstruir el negro presidente norteamericano será la confianza del mundo en su propio país, ya nadie cree que Estados Unidos represente ideales de “libertad y justicia”, Guantánamo, las torturas en Irak, las guerras con sus razones ficticias, el injusto e insensato bloqueo a Cuba son una gran muestra de esto.
El nuevo presidente lo ha dicho; aunque puedan resultar palabras de ocasión; sirven como dato: "La libertad y la justicia no deben ser más importante que la seguridad”; “Si nuestros adversarios viene con la mano extendida antes que con el puño cerrado, deberemos dialogar”. Será hora entonces que los propios Estados Unidos empiecen a extender las mano, aunque resulte difícil de que vayan a tener una respuesta reciproca rápida.
Ojalá Obama gobierne un imperio viejo pero sabio, no uno viejo y testarudo y que solo quiere seguir manteniendo su poder a toda costa, no hay nada peor que un caudillo decadente y enfermo de poder; suele ser más peligroso, si fuera así estaríamos asistiendo a una caricatura real y patética de los Funerales de la Mama grande. Ojala sea de la otra forma y el sueño americano de libertad, igualdad y justicia sea una realidad para todos, del abogado con la pinta de Denzel Washington y el espíritu de Luther King depende, nosotros ya hemos crecido bastante para creerle a Laura Ingalls.
lunes, 19 de enero de 2009
LA PRESENCIA DE LAS AUSENCIAS
El fotógrafo argentino Gustavo Germano, nacido en Entre Ríos y radicado en España, a través de la fotografía de catorce casos de historias de desaparecidos donde quedan expuestos el dolor de la ausencia y el sentimiento de la permanente presencia de quienes ya no están. Uno de ellos es Eduardo Raúl Germano, hermano de Gustavo, quien fue secuestrado el 17 de diciembre de 1976 a los dieciocho años por miembros del Ejército y de la policía de la provincia de Santa Fe, en Rosario. Cada historia se compone de dos fotos. Una extraída de álbumes familiares donde aparece en un determinado lugar una víctima del terrorismo de Estado junto a familiares y/o amigos; es decir, una foto producto de la espontaneidad y de la cotidianidad de un momento agradable. En la otra, tomada por Germano treinta años más tarde, aparecen en los mismos lugares que en las fotos de origen los familiares y/o amigos, dando cuenta del ser ausente pero, a la vez, presente. Un trabajo estremecedor pero necesario para ejercitar la memoria y no olvidarnos de nuestras tragedias. Ojalá tengamos algún día esta muestra en nuestra ciudad. En próximas edicones mostraremos otras entradas.
domingo, 18 de enero de 2009
PAOLA GARELLO QUIERE COMPLETAR SU HISTORIA
A Luis Garello lo secuestraron en agosto de 1976 cuando intentaba poner en marcha un sindicato de supervisores petroquímicos. Su hija sospecha que fue delatado por dirigentes gremiales. Se presentó en la Justicia como querellante.
Paola Garello necesita completar la historia fragmentada que tiene de su padre. A Luis lo secuestró un grupo de tareas la noche del 25 de agosto de 1976, en la calle Balcarce, entre Ame-ghino y Coletta de Campana. El, con 32 años, intentaba poner en marcha su proyecto de un sindicato de supervisores petroquímicos junto a su compañero Silvio Toniolli, también desaparecido. Esa idea no pudo materializarse más que en algunos papeles con los que comenzaba a cobrar vida. Su rastro (como el de los dos compañeros de Petrosur, hoy Petrobras) se perdió en las profundidades de la última dictadura, pero queda la sospecha de que habrían sido delatados por dirigentes gremiales. Por eso, Paola se presentó en la Justicia de San Martín como querellante. Quiere saber qué fue de su padre y si Nelson Palacios, el actual secretario general del sindicato químico de Zárate-Campana, tuvo algo que ver con su desaparición.
“Mi padre estaba haciendo un trabajo sindical con otro compañero, pero el mismo día, a la misma hora, desaparecieron los dos. A Toniolli lo secuestraron en Zárate. Juntos iban a formar un gremio de supervisores petroquímicos, que ya estaba inscripto. Tengo entendido que hasta habían comprado un terreno en Zárate para hacerlo y tenían el papelerío. Estaba todo organizado”, dice Garello, una mujer de 36 años que es artesana y vive cerca de la cárcel de Campana.
Cuando se llevaron a su padre, ella tenía apenas cuatro años. Un uniformado le apuntó a la cabeza en medio de la cocina de su casa, mientras Mabel, su madre embarazada (tenía en la panza a Lucas, el más pequeño), intentaba protegerla como a sus otros dos hermanos, Cecilia y Pablo. Desde aquella noche del ’76, Paola no puede dormir a oscuras. Como mínimo una tenue luz debe acompañarla.
“Mi padre nació en Guaymallén, Mendoza, y se había recibido de licenciado en Ciencias Políticas. Era muy alto, barbudo, de tez cobriza. Por parte de mi abuela materna tenía descendencia indígena y de mi abuelo paterno, el apellido italiano. Le gustaba ir a la montaña y hacer fogones. Sé que también dibujaba, como yo, que por mi trabajo de artesana hago dibujos también. Supongo que esa veta artística me viene por él, aunque me enteré de lo que hacía a los 30 años”, agrega.
Luis Lorenzo Garello pasó casi toda su vida en Mendoza hasta que decidió trasladarse a Campana. Trabajaba como supervisor o jefe de control continuo en Petrosur y era ayudante de cátedra en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Paola consiguió unir algunos momentos de la militancia de su padre gracias al testimonio de un compañero que vive en Estados Unidos y al de otros detenidos-desaparecidos que sobrevivieron para recordar su historia y la de muchos más en el área militar Delta 400. “Un compañero de él que era estudiante en la UTN, me dijo que mi viejo era un esclarecido para la época. Tenía pensamientos demasiados avanzados en lo sindical, que ni siquiera se ven en la actualidad. Su padre, o sea mi abuelo, era radical, pero él se había hecho peronista de Evita”, señala Garello.
La búsqueda de Luis tiene un bache muy grande entre 1976 y 2004. Para Mabel y sus cuatro hijos, esos años fueron muy dolorosos. Paola los recuerda así: “Eramos como los bichos feos, éramos los hijos del desaparecido y cuando a mí me preguntaban de qué trabajaba mi papá, yo respondía: se lo llevaron unos hombres. ¿Y qué hombres? Unos militares malos, contestaba. ¿Tu papá es un desaparecido?, preguntaban de nuevo. Y me decían por qué no te vas a tu casa que tu mamá debe estar preocupada. En la escuela era lo mismo, con los docentes pasaba igual”.
A esta mujer que explica con serena firmeza que no les quiere dejar a sus hijos “un libro en blanco que no tenga escrito nada o muy pocas cosas con la historia del abuelo” y que aspira a llenar ese libro “con la vida corta de mi viejo, que me sigue enseñando cosas”, la impulsaron a buscar la verdad las investigaciones que inició en los centros clandestinos de Zárate-Campana el juez Federico Faggionatto Márquez.
“Me cayó la ficha cuando se abrió esa causa y tomé contacto con los sobrevivientes y empecé a conocer historias de otros hijos y a encontrarme con personas en mi misma situación. Mi mamá había empezado la búsqueda en el ’76, le pidió a un hermano que es militar retirado de la fuerza aérea que la ayudara a buscar a mi padre, pero no hizo el hábeas corpus. Cuando pasados los años yo no encontraba ese trámite, ella me contó que no lo había hecho porque mi tío la aconsejó que eso hubiera sido complicar la situación de mi viejo.”
Garello se topó con otras dificultades mientras juntaba datos sobre la desaparición. Las fotocopias de unas cartas en que los sindicalistas químicos y petroquímicos de la zona intercambiaban información con los militares del área Delta 400 no le sirvieron de mucho hasta ahora, pese a que especialistas no dudan de la autenticidad de esos textos. En uno lo mencionan a su padre (ver aparte). “Es la Justicia la que se tiene que encargar de dilucidar esto, pero cuando yo le dije a Sara Dorotier de Cobacho, la secretaria de Derechos Humanos bonaerense, que sobre Palacios pesaban acusaciones gravísimas, ella me respondió: ‘yo averigüé, hablé con diferentes personas que lo investigaron y me informaron que está limpio. También hablé con Martita Berra (otra ex detenida desaparecida) y le dije que se quedara tranquila, que el tipo estaba limpio’. Yo le respondí que no me podía quedar tranquila hasta que la Justicia se pronunciara y que si esa persona tenía sobre sí semejante acusación, debería limpiar su honor.”
sábado, 17 de enero de 2009
A SIETE AÑOS DE "ZÁRATE DE PIE"
Más de 20.000 vecinos marcharon durante varios meses y firmaron planillas para exigir la renuncia en pleno del Consejo de Administración, en un hecho sin antecedentes en la historia.
Las marchas seguirían durante todo el año 2002 pidiendo al INAES, supuesto organo de control de las cooperativas, una "Asamblea de Oficio", hasta que la sordera de los dirigentes repudiados produjo la intervención judicial.
Siete años después, la CEZ ha recuperado cierta democracia interna, aunque todavía no vemos aquellos cambios prometidos, para algunos ha sido una frustración más con las actuales autoridades, para otros se ha agudizado la corrupción. Nuestro homenaje a quienes lucharon por un cambio que todavía está pendiente.
domingo, 11 de enero de 2009
CARTA DESESPERADA DE UNA PERIODISTA CHILENA
Es imposible, porque quienes lo cometen han sido las grandes víctimas del siglo XX y entonces cualquiera que acaso condene alguno de sus actos, corre el riesgo de ser tachado de antisemita. De hecho, eso aprendimos en el curso de "Conflicto en Medio Oriente" al que entré como invitada de piedra a unas cuantas horas de Tel Aviv. A la veintena de periodistas latinoamericanos que estábamos ahí, nos entregaron un riguroso listado de claves conductuales que se titulaba: "Cómo identificar el antisemitismo del siglo XXI". Y creo que muchos lo leímos y en voz baja pensamos que fácilmente seríamos tachados de antisemitas. Por eso, muchos callan. Porque ser antisemita ante el horror del holocausto, es algo inaceptable hoy, a más de 50 años de esa masacre original que le devuelve la mano al destino, convirtiendo a sus propias víctimas, en monstruos sedientos de sangre, como si la venganza ante el dolor sufrido, saliera a borbotones medio siglo después.
Ahí está el primer gran error. El holocausto judio nos avergüenza como especie. No hay duda. Al recorrer los campos de concentración que quedaron como vestigio, uno se pregunta cómo pudo existir ese infierno, mientras el mundo seguía girando. Cómo en esos precisos instantes, no fuimos capaces de detenerlo. Cómo fue posible que millones de seres fueran perseguidos, torturados y asesinados de la forma más cruel, en el más completo silencio del resto del planeta. Quizás, luego de la desolación y el horror que uno siente, eso es lo que más sorprende del holocausto: la indolencia y complicidad silente. Hoy, muchas décadas después, lo condenamos y somos cuidadosos al tener el más mínimo acto de aceptación de alguna actitud nazi.... ¿verdad?
¿Tendrán que pasar nuevamente décadas para que entonces nos preguntemos cómo fue posible que en el más completo silencio se masacrara a los palestinos?
¿Entonces seremos capaces de ver las fotos de los moribundos detrás del muro esperando comida? ¿A las mujeres pariendo en las fronteras establecidas por el sionismo? ¿A los prisioneros que Israel mantiene en condiciones infrahumanas? ¿Veremos entonces el muro y sus rejas interminables, con un judio hablando detrás de un vidrio mientras te grita que te quites la ropa una y otras vez, solo para atravesar de una lado a otro y poder visitar a tu familia? Y lo que parece más terrible aun, ¿las fotos de los palestinos tatuados con un número en los brazos como un carnet imborrable que les autoriza entrar a Jerusalem? Sí, tatuados. Igual que esas fotos espantosas de esqueléticos judios fichados en los Campos de Concentración. Hoy, de palestinos.
¿Tendrán que pasar otros 50 años para que podamos ver todo esto y no sentirnos amenazados de ser antisemitas?. Se que este mail bastará, para que mi nombre entre en la lista de los antisemitas. Pero no lo soy. Mi padre, yugoslavo, eslavo y casi gitano, sobrevivió a la limpieza étnica de los nazis y él mismo me enseñó que los nacionalismos enfermizos como el que persiguió a su pueblo en la Segunda Guerra, son la lacra social más terrible que puede existir. ¿Y qué es el sionismo de Israel sino un nacionalismo moderno y enfermo?. Un nacionalismo que, en sus vertientes más colonizadoras cercanas al socialismo (supuestamente ateo), apela a razones bíblicas para demandar un territorio que, además, pretende limpiar de las otras razas que ahí habitan. El sionismo es racista. No porque en sus principios esté escrito o porque la ONU en 1975 lo haya dicho en una resolución, sino simplemente porque no tolera la coexistencia de otros pueblos y actúa en esa dirección.
Tanto me enamoré de la "causa", que a los 19 años estuve a punto de irme a Kibutz, embobada en mi adolescencia por la justicia tardía para el pueblo judío. Enamorada de "la causa" y de la propuesta socialista de construir patria mancomunada en el desierto. Sin una gota de sangre judia, sentí que mi raza eslava estaba con ellos y si algo podía hacer concretamente, era ayudarlos a sembrar, en un proyecto de vida que aun quisiera para mis hijos. En paz, comunidad y tolerancia.
Veinteaños después conocí uno de los kibutz más emblemáticos de la oleada que se creó en los '70. Y sigo creyendo que es un proyecto precioso, sino fuera por "el alto costo humano que representa". Supe como se reparte el sueldo de todos para la comunidad, compartí con ellos el Hanukkah, vi los huertos inmensos perfectamente regados, las áreas comunes y su intimidad. Pero esta vez también vi los restos de casas bombardeadas, "tan moriscas en su arquitectura", que se levantan en medio de los verdes sembradíos del Kibutz como trofeo a la reconquista de la "tierra prometida".
A un lado, la lechería con vacas ultradesarrolladas capaces prácticamente de dar queso listo en un teta y al otro lado, las ruinas de la que fue el hogar de alguna familia palestina allegada hoy tras el muro en esos ghettos árabes que los judíos sionistas parecen haber recreado al más puro estilo de los ghettos judios de la Alemania Nazi donde sucumbieron sus propios antepasados. Así de irónico es todo y ellos mismos lo describen.
Pude ver tras el resplandor de las velas del Hanukkah, como se retiraba el bus diminuto que transportaba como ganado a la servidumbre: palestinos enflaquecidos por el hambre que son autorizados a ingresar a Israel, con un carnet especial que los acredita como tal y les permite un "libre" tránsito. Recordé entonces esas viejas películas que mostraban el esplendor europeo de algunos pocos en plena década de los '40, mientras la Segunda Guerra asolaba el continente. Hitler en sus despampanantes juegos Olímpicos, y al frente la chimenea humeante de los Campos de Concentración. Recordé incluso algún texto que describe la casa de Townley en Santiago, cuando Mariana Callejas celebraba sus emperifolladas rondas literarias en plena dictadura, mientras en el subterraneo de su propia casa, el servicio de inteligencia torturaba sin piedad a quienes son hoy algunos de los Detenidos Desaparecidos de Pinochet.
No hay que tener miedo. Condenamos el holocausto judio y hoy condenamos
-oportunamente- el holocausto palestino.
Ir a Palestina, entrando por Tel Aviv, es una experiencia demoledora y desde entonces, es imposible no sentir una pequeña cuota de responsabilidad al ser cómplice de esta masacre, simplemente por no hablar. Pero es tan abrumadora esa experiencia, que intentar describirla se hace cuesta arriba. Porque surge la ansiedad de que comprendan que condenar la masacre palestina, no tiene que ver con el antisemitismo ni es una causa "in" en estos días. Los análisis internacionales, las proyecciones políticas, y el complejo panorama de la zona, quedan a un lado cuando se respira ese aire absurdo de intolerancia y masacre permanente. Imagina por un instante un largo edificio de 6 pisos, interminable, rodeado de militares anónimos que te encañonan constantemente y que encierran el lugar donde vives. Nada puede salir o entrar a ese lugar, sin que una patrulla de judios sionistas lo autorice a través del pequeño "check point" dispuesto.
Si tu padre quedó en el ghetto de al frente, o pueblo -si prefieres- deberás visitarlo escasamente y previa autorización. Entonces, tendrás que hacer una larga fila, entre dos rejas como las vacas camino al matadero, ingresarás a una pequeña habitación donde sacarás tu ropa, serás humillado sin derecho a pataleo en tu propia casa, y alguien te gritará en hebreo detrás de un vidrio, si es correcto lo que estás haciendo. Sino, pueden apresarte y te llevarán a otra habitación quien sabe con qué fin.
Belen es uno de los más dolorosos ghettos palestinos, porque buena parte del mundo recuerda ese lugar como un sitio histórico que quisieran visitar sin temor.
La plaza de Belén, enmarca la llegada a la Iglesia de la Natividad. Los habitantes de Belen, que obviamente poco y nada comparten el fervor cristiano, respetan a los escasos turistas y valoran ese espacio como el sitio histórico que indudablemente es. Que distinto entonces ir a Nazareth, hermoso en la pulcritud israelita y prácticamente neutralizado con el fanatismo religioso o ateo -como quieran- de la administración judia que lo gobierna. Si preguntas por alguien llamado Jesús de Nazareth, entrarás a lista de las personas no gratas, aunque simplemente seas un historiador nada de católico. La intolerancia se respira en Israel. El recorrido por Jerusalem con algún judio que quiera acompañarte como guía turístico, llega a ser tragicómico. Solo pasas por fuera del Santo Sepulcro y como quien indica que ahí hay un cruce de calle, te lo señalan.
Esto para los turistas que acaso logran evidenciar este ¿racismo? en un rápido tour. Pero si te quedas solo una noche en Belen, y te atreves a entrar por el Check Point que diariamente deben hacer los escasos habitantes del pueblo que todo el mundo mira el 25 de diciembre, comenzarás a sentir el dolor en el aire.
Las pocas tiendas que hay, abren sus puertas como para no perder la costumbre. La plaza se repleta de hombres enflaquecidos y hasta con el rostro como desfigurado por el dolor, que se pasean en círculo matando el tiempo, vestidos con ropas como de los años 50. No tienen trabajo, no pueden salir de Belén a buscar trabajo. Tienen hambre. Sus mujeres e hijos esperan en casa por algo para comer y ellos deambulan por la plaza, mirando a los escasos turistas y compartiendo algún café con cardamomo.
Las vitrinas están vacías. Puedes comer algún shawarma seco y duro, que quien sabe cuánto tiempo ha permanecido clavado en el asadero. Los judios no han dejado entrar carne, y el autoabastecimiento, nunca ha sido un ideal que funcione en la práctica. Un pequeño pueblo, rodeado de piedras y arena, al que ni siquiera llega agua con seguridad.
Te paseas como un perfecto idiota en uno de los lugares más emblemáticos para el mundo occidental y entonces decides entrar a un restorán a pocas horas del 25 de diciembre. Un escuálido árbol de navidad parpadea a la entrada, y al menos 10 mesoneros sentados en la barra te reciben con felicidad, llevarás algunas monedas, también judias... que solo podrán transar entre ellos mismos. Eres el único turista que ingresa y el menú es reducido. No hay casi comida, porque la frontera no se ha abierto. Viven en la tierra donde siempre existió su gente, pero hoy no tienen derecho salir, ni a moverse, ni a comer, ni a decidir nada sobre su propio destino. Están presos en su propia casa, esperando... esperando. Si puedes permanecer más días en Belén, comenzarás a sentir entonces la angustia de vivir en un Ghetto. Comenzarás a sentir la desesperación y entenderás otro poco de la historia: simplemente un buen día, el mundo decidió hacer justicia con un pueblo masacrado como el judio, y en la accidentada división territorial, tu casa quedó al otro lado. Deberás desocuparla, y partir al ghetto, acarreando las pocas cosas que pudiste sacar, y arrastrando a tus niños entre lágrimas y griteríos. Te intalarás en un campo de refugiados, que se diferencia de los campos de concentración nazis, porque la muerte es más lenta que con el gas. Morirás de locura y hambre y no asfixiado.
Y como no hay territorio donde construir, deberás seguir en el Ghetto delimitado por otros, subsistiendo otros 40 años más hasta que mueras de viejo, con la mejor de las suertes. Tus hijos acaso irán a la escuela, cada vez más llenos de odio e impotencia, porque los escolta el muro, los militares, los tanques que te acechan a cada paso. Hasta que un día ese pequeño se convierta en hombre y entonces definitivamente no encuentre respuesta para entender por qué no puede ir a ese lugar también sagrado para él que es Jerusalem y que está solo a 10 minutos. Entonces, ese muchacho que criaste en la miseria del Ghetto explotará de ira e impotencia, y juntará un puñado de piedras que arrojará contra el muro que lo somete a la más espantosa miseria. Ese muchacho entonces, será detenido y torturado varios años acusado de terrorismo. La evidencia serán las piedras, y la honda artesanal que fabricó a escondidas. Tu envejecerás esperando su libertad y explicándole a sus hermanos lo que sucede, intentado que ellos no corran la misma suerte.
Los "kassam", tubos artesanales de metal, rellenos de pólvora y clavos, que tienen la fuerza suficiente para subir 8 metros, traspasar el muro y explotar en una lluvia de clavos contra tus opresores y que irónicamente ellos mismos rescatan para transformar en esculturas que adornan sus hermosos jardines y que muestran como una evidencia de la violencia que son víctimas. Vendrá entonces la primera represalia, un tanto desproporcionada, cinco tanques aplastarán viejos autos palestinos, arrollarán niños que se entrenan en la intifada ("levantamiento") afinando la puntería con las históricas piedras de Belén.
Mientras revuelves la olla común con escasos porotos y pepinos, escuchas el griterío y la desesperación, como cuando los nazis entraban de golpe al pueblo de mi padre en Brac buscando a los partisanos. Nuevamente el horror te aplasta. Verás a morir a los tuyos, correrás entre el humo con los cuerpos ensangrentados, y los refugiarás en el Ghetto, a la espera de alguien de la Cruz Roja que cumpla la rutina humanitaria mientras José Levi despacha con su espantoso sonsonete español que: "ha empezado una nueva intifada".
Entonces llegará al poder de otro de tus hijos un poco de pólvora y tu se la quitarás. En silencio, sentirás -como ellos en su ferviente adolescencia- que los kassam con ese puñado de clavos, no igualan al poderío militar que te reprime. No tienes trabajo, no tienes comida, no puedes moverte del Ghetto, en tu mente solo existe la necesidad de hacer justicia, no puedes pesar en nada más.
Darás vueltas en el ghetto una y otra noche, como siempre hace 40 años. Los bombardeos intensifican el bloqueo. No tienes agua, no tienes comida. Tus hijos sobrevivientes están muriendo de hambre y tu estás enloqueciendo. Pasarás muchas noches desvelada, hasta que aprenderás a construir un explosivo casero con esa pólvora. No le dirás a nadie, pero después de 40 años de miseria y represión, estás agobiada. No hay salida y decides que no te matarán de hambre lentamente y que tu muerte entonces no será en vano. Construirás explosivos que esconderás en tu cuerpo. Lograrás pasar el check point y lo harás estallar en el lugar más repleto de judíos que puedas encontrar. Esa es será tu pequeña venganza.
Ese fue el titular cuando llegué a Palestina: "Abuelita terrorista se suicida y mata a dos judíos". Tenía 50 nietos, versaba la bajada de la crónica. 50 nietos que habrá criado en el Ghetto, en esta 4 décadas... dónde más. Después de estar 4 días en Belén, decodifiqué el titular. De-construí el titular y entonces, comencé a sentir cómo era posible enrollarse un montón de explosivos en el cuerpo. Sentí la angustia, abrumadora, la desesperación. Decidí salir de Belén, angustiada, amargada... aterrorizada, y con una de las tristezas más profundas que he sentido en mi alma, simplemente porque tienes la certeza absoluta de que no hay retorno.
A la mañana siguiente partimos rumbo a Jordania. No pudimos conseguir un auto palestino que nos llevara a la frontera. No queríamos dejar ni 10 dólares más en manos de Israel. Pero fue imposible. Está prohíbido y aunque los "territorios palestinos" dan con Jordania, la frontera también es de los judios.
CULTURA CON GRANDES EXPECTATIVAS
CARRIÓ, BUSCA SU PATA PIQUETERA
jueves, 1 de enero de 2009
A 50 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN
- Salud:
Con un sistema gratuito, muestra indicadores del primer mundo, como una esperanza de vida de 78 años y una tasa de mortalidad infantil de 5,3 por mil. Dispone de 95.751 médicos en una población de 11,2 millones.
- Educación:
El sistema educativo brinda cobertura de 100% y es obligatorio hasta noveno grado. Los graduados universitarios sobrepasan los 900.000 (76.653 en 2008) desde 1959. En la isla estudian 29.697 jóvenes de 126 países, 24.311 la carrera de medicina.
- Derechos Humanos:
Críticos de la revolución y la oposición (a la que Fidel Castro tilda de "mercenaria") le achacan la falta de libertades civiles y políticas, la intolerancia, la existencia de un partido único -el Comunista- y la existencia de unos 220 presos políticos.
- Vivienda:
Es uno de los problemas más sensibles. El déficit habitacional se calcula en más 500.000 casas. En 2005 el gobierno inició un millonario programa de construcción de 100.000 casas al año, pero la falta de mano de obra y organización hicieron bajar la meta a 70.000 viviendas en 2007 y menos de 50.000 en 2008.
- Alimentación:
Los cubanos, con un salario promedio de 408 pesos (USD 17) reciben una canasta básica muy subsidiada pero insuficiente, que deben completar en tiendas que venden a altos precios. Según datos oficiales, la familia cubana emplea el 80% de sus ingresos en alimentación.
- Transporte:
Uno de los sectores de mayor contracción durante la crisis económica de los 90', crece a partir de millonarias inversiones que incluyeron la compra desde 2004 de más de 2.678 ómnibus nuevos a China, Rusia y Bielorusia.
- Pérdida de valor del salario:
Los devaluados salarios -de unos 20 dólares mensuales- que paga el gobierno llevan a los profesionales cubanos a emplearse en oficios en busca de divisas o a abandonar la isla. Una de las principales metas del actual gobierno es devolver el poder de compra a ese dinero.
Cuba es con sus contradicciones un ejemplo si de dignidad revolucionaria, soportando un injusto e inhumano bloqueo desde hace casi los mismos años que dura su revolución, así, ya sin el Che desde hace cuarenta años, y desde hace poco casi sin Fidel, Cuba está viva desparramando ejemplo y esperanza. EL CIUDADANO