OBAMA ENTRE SUEÑOS DE LIBERTAD Y LOS FUNERALES DE LA MAMA GRANDE
Olvidémonos por un rato de que se trata de Estados Unidos; y fijémonos por un instante en una imagen; la de miles de afroamericanos que hace cuarenta años no podían ir sentados en un colectivo si un blanco podía llegar a ir parado en el mismo; en la imagen de una revolución silenciosa y a pie que inició un pastor negro llamado Martín Luther King. Que hoy, un negro; de origen musulmán que se llama Barack Hussein asuma la presidencia de los Estados Unidos parece ser la concreción de ese sueño americano, es un hecho importante y que genera no pocas expectativas.
Ahora volviendo a que se trata de Estados Unidos, Barack Hussein Obama es un presidente norteamericano y de seguro defenderá los intereses del imperio. Pero es indudable que lo hace en un momento muy especial, Obama parece asumir en el fin de un ciclo, la era de la llamada “REVOLUCIÓN CONSERVADORA”, que iniciara Ronald Reagan, y que se anticipara a la inevitable caída del llamado socialismo real que se produjera diez años después, la era Reagan comenzó la etapa de la globalización y la hegemonía capitalista; que luego continuára Busch padre, el interregno liberal globalizado de Clinton y que culminara con el Busch W; un personaje perversamente mediocre; el personaje ideal para la caída de un imperio o el fin critico de una época.
Obama tendrá el deber de reconstruir lo que queda de su sistema, que como ha señalado él mismo en su discurso inaugural, tiene un escenario ante sí de desocupación, precarización social y económica nunca visto, la asunción de Obama del día de hoy mas allá de cierta parafernalia y tradiciones se parecía a la asunción de un presidente latinoamericano en problemas, muy lejos de las poses de sheriff fuerte que caracterizaron otras asunciones presidenciales. Quizás lo más difícil que tendrá que reconstruir el negro presidente norteamericano será la confianza del mundo en su propio país, ya nadie cree que Estados Unidos represente ideales de “libertad y justicia”, Guantánamo, las torturas en Irak, las guerras con sus razones ficticias, el injusto e insensato bloqueo a Cuba son una gran muestra de esto.
El nuevo presidente lo ha dicho; aunque puedan resultar palabras de ocasión; sirven como dato: "La libertad y la justicia no deben ser más importante que la seguridad”; “Si nuestros adversarios viene con la mano extendida antes que con el puño cerrado, deberemos dialogar”. Será hora entonces que los propios Estados Unidos empiecen a extender las mano, aunque resulte difícil de que vayan a tener una respuesta reciproca rápida.
Ojalá Obama gobierne un imperio viejo pero sabio, no uno viejo y testarudo y que solo quiere seguir manteniendo su poder a toda costa, no hay nada peor que un caudillo decadente y enfermo de poder; suele ser más peligroso, si fuera así estaríamos asistiendo a una caricatura real y patética de los Funerales de la Mama grande. Ojala sea de la otra forma y el sueño americano de libertad, igualdad y justicia sea una realidad para todos, del abogado con la pinta de Denzel Washington y el espíritu de Luther King depende, nosotros ya hemos crecido bastante para creerle a Laura Ingalls.
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