lunes, 24 de marzo de 2008

DESDE EL MIRADOR POR: Luis Sellán







GOLPEADOS PERO VIVOS


Este título no me pertenece, es de Eduardo Aliverti, que así titulo una editorial de Pagina 12 del día de hoy. Pero sin embargo sirve como disparador para analizar estos 32 años de comienzo de la última dictadura militar, y ver desde este mirador que nos ha pasado a los argentinos tras estos años, los siete de dictadura y los 25 de democracia.
Recuerdo el comienzo de la dictadura, estábamos en el primer año del industrial; el viejo el de paredes de madera allá en el bajo; ERSA pasó a llamarse moral y cívica, el pelo había que cortarlo media romana, y un vicedirector nos recordaba que nos podía pasar si no estábamos en línea con los tiempos, que le había pasado a los chicos malos de los 70. Nos acostumbramos a las cesantías sin explicación de profesores y regentes (la querida yaya), a quien tanto miedo le teníamos nosotros y luego por suerte la conocimos desde su calidez y su bonhomía como profesora de historia de Roma en el profesorado.
Recuerdo aquella noche de febrero del 77, con la barra de amigos del barrio viendo a unos vecinos llorar porque su hijo Gino no volvía de la prefectura de zarate donde estaba haciendo el servicio militar, obvio nunca regresó y aun hay una mirada de tristeza que se pierde en el bajo y lo busca eternamente.
Así crecimos, con el cuidado de mamá; “fíjate con quien hablas, “si te paran en la calle los militares deci señor”, “¿llevas los documentos?”, etc, etc; el terror estaba instalado, el único demonio había instalado el verdadero terrorismo, el del estado. El del miedo constante, el de la culpa de “por algo se lo llevaron”, por suerte hubo gente que nos iba despertando de a poco, algún profesor, ya más grande en el nacional, el cura del bajo que se animaba a dar misas por los desaparecidos y en casa; donde se tenía miedo; pero jamás se justificó a los asesinos, las lecturas a escondidas, esos discos viejos que nos hacían reflexionar, mis amigos Julio y Sergio quienes un día me permitieron estar en su revista Visión Joven donde hicimos un reportaje a Pérez Esquivel, la revista Humor que compraban mi viejo y mi hermana, así crecimos, con terror pero con la cabeza levantada. Guerra de Malvinas mediante; el fin de la dictadura; que gracias al asma no fui, pero que significó la última miserabilidad del régimen

GOLPEADOS
Así llegó la democracia, como tantos otros jóvenes apostamos a los partidos políticos, y me enloquecí con el discurso potente y humanista de Raúl Alfonsín: "Cien años de democracia”, el preámbulo de la constitución convertido en rezo laico y republicano. La democracia debía ser: derechos humanos, justicia, libertad, paz, pero también comida salud y educación.
Hoy si miramos atentamente desde este mirador veremos que estamos realmente golpeados, la democracia tiene más deudas que gratitudes, los partidos que ayer fueron y no están, la política parece ser una actividad para lograr un conchabo o un crecimiento personal, y los verdaderamente pobres depender del clientelismo que los domina y empobrece aun más.
Alfonsín juzgó a los militares genocidas, por lo menos a las primeras tres juntas y algunos personajes cercanos, un hecho inédito casi en el mundo, pero luego vinieron las leyes de impunidad que con el indulto menemista generaron más golpes a la credibilidad de los argentinos, credibilidad que hizo crisis terminal en el 2001. ¿Pero saben que?, y esto es lo que nos permite decir con alegría y emoción que estamos vivos, en otras épocas hubieran vuelto las “botas salvadoras”, esta vez fue el pueblo el que volteo a un gobierno pusilánime, tan pusilánime con el de Isabel Perón; a quien derrocó Videla y sus secuaces; pusilánime e iniciador del terrorismo de estado a partir de la creación de la terrorífica Triple A, de la mano de López Rega y apañada por el propio Perón.
Hoy con un gobierno que empezó reivindicando los derechos humanos; hecho que está bien y aplaudimos; vivimos consientes que quedamos golpeados y desesperanzados pero conscientes que estamos vivos, que es importante el discurso oficial de los derechos humanos pero que eso se cae cuando se reprime a los docentes en Santa Cruz, a los trabajadores que no son K, con Julio Jorge López aun desaparecido, cuando se regodean en la obscenidad del derroche en el banquete de la opulencia, mientras la mayoría de los argentinos aun no tienen derecho a tocar un solo cubierto.
Los argentinos hemos aprendido, excepto algunos dinosaurios obscenos, que siempre será preferible el peor de los gobiernos democráticas que la mejor de las dictaduras, y el trabajo de construir un país que se merezca ser vivido depende de todos nosotros, para:”AFIANZAR LA JUSTICIA, PROMOVER LA PAZ INTERIOR, GARANTIZAR EL BIENESTAR GENERAL, PARA NOSOTROS, PARA NUESTROS HIJOS Y TODOS LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD QUE QUIERAN HABITAR EL TERRITORIO ARGENTINO”.

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