SOSTIENE ROMERO
(por Miguel A. Di Fino para ZÁRATE INFORMA)
Sostiene un dicho de casi larga data que “no hay peor fascista que un burgués asustado”; dicho que bien podría ser reformulado para el ámbito docente: “no hay peor fascista que un docente asustado”…Y no es joda.
Las razones de tal planteo surgen a raíz de lo que trascendiera de fuentes confiables, referido a la actitud asumida por directivos de la “campanera” Escuela Normal, quienes avalarían un ¿documento, opúsculo, libelo? que habría sido elaborado por la vicedirectora del establecimiento, prof. Romero, en base a lo que habrían “sugerido” autoridades de supervisión areal, o sea, inspectores, respecto a lo que debe ser la “Relación profesor-alumno” –así se titula el texto al que se accedió-, plasmada en un material que algunos atribuyen –según fuentes docentes consultadas-, tanto a criterios de discutible significación democrática de la directiva mencionada, como a apreciaciones vinculadas a su (in)estabilidad emocional o quizás con algún grado de precisión y realidad más concreto, justificarían el texto avalado por directivos normalistas las secuelas que dejara el “incidente” ocurrido en una escuela técnica de Escobar, en la cual no sólo actividades “enfiestadas” de docentes y alumnos/as trascendieran oportunamente a la consideración pública, sino también corruptelas varias que no por ser educativas, dejan de ser delictivas.
Así, esos factores –o tal vez otros no considerados aquí-, podrían haber motivado la redacción y emisión del texto de marras, dado a conocer en reunión de personal en la Normal en febrero, el cual textualmente sostiene: “Se les recuerda a los profesores que no deben darle el celular a los alumnos. No pueden hacer arreglos de horarios con alumnos, por teléfono. Todo cambio de horario se remitirá a Dirección, primero, preceptores, y será esta quien pase los comunicados por cuaderno./ El profesor no puede darle la dirección de chat a los alumnos. Y solo podrá darle la dirección de correo electrónico, siempre que medie un proyecto pedagógico. Pero no puede chatear con los alumnos por otras causas. La dirección de chat, se presta a confusión por parte de los alumnos, somos los adultos los que debemos preservar nuestro lugar como profesores./ Es importante mantener la distancia con los alumnos, el adolescente no tiene medidas, en el trato con el profesor. Es el profesor quien debe poner la distancia en el aula y fuera de ella. El profesor no deja de ser profesor fuera de la institución, el alumno no toma cuenta de ello. No puede ser alumno y amigo a la vez. Se pierde el respeto, y lo que debería ser una relación adulto-adolescente se transforma en amiguismo mal interpretado. El profesor no puede permitir que los alumnos lo estén, besando, abrazando, y tocando de diferentes maneras. Debe poner distancia en ello, siempre manteniendo el respeto y las normas institucionales vigentes. El profesor no puede sacar fotos de alumnos, ni dentro ni fuera de la institución. No puede invitarlo a su casa, ni concurrir a casa de alumnos a cumpleaños y/o fiestas: (Código penal:Ley 25087) Art. 5, 6, 7, 8, 9, etc.”
¿Moral pública, moral privada, de una comunidad educativa “regulada” por un equipo directivo…?. Más allá de las coincidencias –o no- que pueda tener algún lector con el tenor de lo expuesto en un “comunicado” sin firma o sello institucional alguno, está el hecho de que similar posición sostuviera la vice ante sus subordinados (¿no deberían ser compañeros…?), en la reunión de personal referida , sin que –hasta dónde se ha averiguado- en ningún docente/subordinado haya hecho suficiente mella lo expresado por la directiva como para rebatirla y/o criticar que se avalara in totum lo expuesto; tampoco se conocen –según las fuentes-, las opiniones de padres, tutores o encargados de los alumnos “que no deberían”, ni de entidades gremiales docentes sobre el tema.
Aún más: en lo referido a la invocación del “Código penal: Ley 25087”, presupone este acotado análisis que se referiría al Título III, Delitos contra la integridad sexual, en sus Capítulos I al V, artículos 118 al 133, del Código Penal, por lo que resultaría interesante tomar conocimiento de cómo encuadra la vicedirectora del servicio la “norma” sustentada por el equipo directivo que integra, tanto como a cuál o cuáles artículos específicos se referiría para proceder contra quienes trasgredan otro de los tantos ataques de “histeria fascistoide” que perdurarían en el sistema educativo bonaerense, patentizados en esta situación puntual, a la que deberían oponérsele la construcción de consensos entre actores educativos, en un momento de la historia argenta en que –como siempre- mejorar la democracia y sus prácticas, demanda más democracia.
Situación que más de uno podrá asimilarla a aquello de “predicar con el ejemplo…”, aseveración tan “ética” que estuviera en boga cuando Videla y su pandilla fagocitaban argentos en el Terrorismo de Estado. Docentes y alumnos incluídos, por supuesto. Vos ve.
Así, esos factores –o tal vez otros no considerados aquí-, podrían haber motivado la redacción y emisión del texto de marras, dado a conocer en reunión de personal en la Normal en febrero, el cual textualmente sostiene: “Se les recuerda a los profesores que no deben darle el celular a los alumnos. No pueden hacer arreglos de horarios con alumnos, por teléfono. Todo cambio de horario se remitirá a Dirección, primero, preceptores, y será esta quien pase los comunicados por cuaderno./ El profesor no puede darle la dirección de chat a los alumnos. Y solo podrá darle la dirección de correo electrónico, siempre que medie un proyecto pedagógico. Pero no puede chatear con los alumnos por otras causas. La dirección de chat, se presta a confusión por parte de los alumnos, somos los adultos los que debemos preservar nuestro lugar como profesores./ Es importante mantener la distancia con los alumnos, el adolescente no tiene medidas, en el trato con el profesor. Es el profesor quien debe poner la distancia en el aula y fuera de ella. El profesor no deja de ser profesor fuera de la institución, el alumno no toma cuenta de ello. No puede ser alumno y amigo a la vez. Se pierde el respeto, y lo que debería ser una relación adulto-adolescente se transforma en amiguismo mal interpretado. El profesor no puede permitir que los alumnos lo estén, besando, abrazando, y tocando de diferentes maneras. Debe poner distancia en ello, siempre manteniendo el respeto y las normas institucionales vigentes. El profesor no puede sacar fotos de alumnos, ni dentro ni fuera de la institución. No puede invitarlo a su casa, ni concurrir a casa de alumnos a cumpleaños y/o fiestas: (Código penal:Ley 25087) Art. 5, 6, 7, 8, 9, etc.”
¿Moral pública, moral privada, de una comunidad educativa “regulada” por un equipo directivo…?. Más allá de las coincidencias –o no- que pueda tener algún lector con el tenor de lo expuesto en un “comunicado” sin firma o sello institucional alguno, está el hecho de que similar posición sostuviera la vice ante sus subordinados (¿no deberían ser compañeros…?), en la reunión de personal referida , sin que –hasta dónde se ha averiguado- en ningún docente/subordinado haya hecho suficiente mella lo expresado por la directiva como para rebatirla y/o criticar que se avalara in totum lo expuesto; tampoco se conocen –según las fuentes-, las opiniones de padres, tutores o encargados de los alumnos “que no deberían”, ni de entidades gremiales docentes sobre el tema.
Aún más: en lo referido a la invocación del “Código penal: Ley 25087”, presupone este acotado análisis que se referiría al Título III, Delitos contra la integridad sexual, en sus Capítulos I al V, artículos 118 al 133, del Código Penal, por lo que resultaría interesante tomar conocimiento de cómo encuadra la vicedirectora del servicio la “norma” sustentada por el equipo directivo que integra, tanto como a cuál o cuáles artículos específicos se referiría para proceder contra quienes trasgredan otro de los tantos ataques de “histeria fascistoide” que perdurarían en el sistema educativo bonaerense, patentizados en esta situación puntual, a la que deberían oponérsele la construcción de consensos entre actores educativos, en un momento de la historia argenta en que –como siempre- mejorar la democracia y sus prácticas, demanda más democracia.
Situación que más de uno podrá asimilarla a aquello de “predicar con el ejemplo…”, aseveración tan “ética” que estuviera en boga cuando Videla y su pandilla fagocitaban argentos en el Terrorismo de Estado. Docentes y alumnos incluídos, por supuesto. Vos ve.
NOTA DE EL CIUDADANO: NOS PARECIÓ BRILLANTE ESTA REFLEXIÓN DE MIGUEL EN ZÁRATE INFORMA, POR ESO LA HEMOS EXTRACTADO COMPLETA. ES ASÍ HAY MUCHO MIEDO FASCISTA EN LA EDUCACIÓN, Y UNO DE LOS ESCOLLOS MÁS GRANDE ES LA ATOSIGANTE BUROCRACIA, QUE ES EL PRIMER PASO DEL AUTORITARISMO. RECUERDO HACE UNOS AÑOS CUANDO YO ERA SECRETARIO GENERAL DE SUTEBA, UNA DISPOSICIÓN DE LA SECRETARIA DE INSPECCIÓN; EN ESOS MOMENTOS ESTABA AMANDA LESCANO- HOY DESPLAZADA- SE PROHIBIÓ SACAR FOTOS A LAS ESCUELAS CO PROBLEMAS DE INFRAESTRUCTURA, BAJO AMENAZA DE SANCIONAR A LOS DIRECTIVOS QUE LO PERIMITIERAN. HOY CURIOSAMENTE; Y EN BUENA HORA; LOS DIRECTIVOS MUESTRAN CON TOTAL LIBERTAD LA SUCIEDAD DE SU COLEGIO, FUMIGAN ACTOS PÚBLICOS, ETC. ME PREGUNTÓ SERÁ POR QUE AHORA NO HAY MÁS FASCISTAS, EN EL CONSEJO ESCOLAR? Y O LOS FASCISTAS ESTÁN EN OTRO LADO?. LA OBEDIENCIA DEBIDA, EL MIEDO, EL TERROR DE LAS JINETAS DE INSPECTORES SON UN RECURSO MUY VIEJO Y USADO EN LA ESTRUCTURA ESCOLAR. CAMBIARLO DEPENDERÁ DE TODOS ESPECIALMENTE DE DOCENTES, ALUMNOS Y PADRES QUE QUIERAN UNA ESCUELA PÚBLICA, DEMOCRATICA Y LIBERADORA.
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