domingo, 17 de febrero de 2008


CINE: CUANDO UN TORTURADOR SE TRANSFORMA EN UN HEROE


Por Alfredo Grieco y Bavio para Crítica digital.com


El film brasileño de José Padilha, sobre un escuadrón especial de la policía de Río de Janeiro, fue premiada con el Oso de Oro del Festival Internacional de Cine de Berlín. Unos 11 millones de espectadores ya la habían visto en Brasil en DVD. El personaje central se convirtió en un paradigma social.


El capitán Nascimento mata y tortura salvajemente, pero la sociedad brasileña lo transformó en héroe.
Cuando Tropa de Élite se estrenó a principios de octubre, ya once millones habían visto el film en DVD, en copias independientes que circularon por el entero país. En las favelas, los niños de ambos sexos juegan a que son el héroe del film, el capitán Nascimento. Los de clase media, filman recreativas imitaciones caseras de los interrogatorios y los suben a YouTube. En las fiestas, los varones se visten de negro oscuro como él. Sólo que el protagonista de Tropa de Élite es un torturador. El film retrata muy positivamente a este policía militar que lucha contra los narcos. La filosofía del film es tan simple como eficaz: los narcotraficantes son subversivos y los que usan drogas son sus cómplices.
Si en las favelas los niños juegan a policías y narcos en vez de a capos de bandas de traficantes que se disputan el terreno, dicen los estudiosos del no es porque elijan el bien contra el mal, comportamiento urbano. Es porque el policía de élite resulta más seductor: es más violento. Y los videos caseros muestran imitaciones muy realistas de torturas. En especial, la favorita del capitán Nascimento: cortar la respiración tapando la cabeza del potencial informante con una bolsa plástica.
La novedad del director José Padilha es la presentación del represor como héroe viril, hermoso, moral, que lucha solo en un mundo corrupto. El film está narrado en off por el capitán Nascimento. Su punto de vista es el único, y cualquier distancia irónica falta. En la dictadura brasileña, los films, la literatura y la música representaban de manera sociológica a quienes infringían las normas del Derecho Penal vigente. Tropa de Élite reduce el mundo a opciones morales abiertas para todos: si alguien usa drogas, colabora con los narcos; todos los narcos merecen la muerte o algo peor.
En copias no autorizadas se habían vendido millones de DVDs. Es sabido que el ministro de Cultura brasileño Gilberto Gil considera que toda copia es una forma democrática de difusión cultural. De manera consecuente con la ideología del film, director y productores no dejaron de denunciarlo: un robo es un robo, y punto.
Uno de los aciertos del director es su burla de la cultura universitaria izquierdista. En el film, el capitán Nascimento debe elegir entre dos sucesores. Uno es inteligente y culto, el otro sensible e impulsivo. En contra de los estereotipos, el primero es negro, el segundo blanco. El negro policía estudia Derecho en una Universidad donde consiguió una beca. Le toca preparar un trabajo en grupo. El tema son las teorías del filósofo francés Michel Foucault sobre la sociedad como cárcel y la policía como guardiana del orden.
La ironía es grosera, y la moraleja política del film resulta evidente. Mientras en las universidades se enseñan teorías exóticas que bien poco explican la realidad brasileña (y que justifican a los delincuentes), el orden y el progreso que figuran en la bandera nacional sólo se sostienen todavía gracias a la acción de los despreciados policías y otros hombres de acción.
Que deben recurrir a métodos efectivos para alcanzar sus fines, porque si no lo hicieran, la sociedad se desmoronaría.
Todos los medios resaltan cómo el film refleja una realidad brasileña. No la de los policías y los narcos, sino la del crecimiento económico. Todas las clases sociales, especialmente las más favorecidas, repudian vigorosamente cualquier forma de violencia que busque reparar las desigualdades: el mito del bandolero social murió para siempre. Entre 2005 y 2006, por primera vez en la historia del Brasil, el país asistió a una combinación de aumento de la renta con reducción de la desigualdad social. Los ricos, en este período, aumentaron su renta en un 8 por ciento, un nivel de crecimiento comparable con el de la India.
Cuando la renta crece, todos quieren un torturador vigilando sus puertas.

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